El pueblo más pequeño de Alaska tiene solo 12 habitantes: una carretera de hielo y temperaturas polares

El pueblo más pequeño de Alaska tiene solo 12 habitantes: una carretera de hielo y temperaturas polares Grok

Estados Unidos

El pueblo más pequeño de Alaska tiene solo 12 habitantes: una carretera de hielo y temperaturas polares

Un rincón extremo en el norte de Estados Unidos donde la vida depende del clima.

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En lo profundo del estado de Alaska, se encuentra Bettles, una de las localidades más remotas y con menor población de Estados Unidos. Según el censo de 2020, este pequeño pueblo cuenta con apenas 12 residentes permanentes, lo que lo convierte en uno de los asentamientos más aislados del país. 

Ubicado al norte del Círculo Polar Ártico, enfrenta condiciones climáticas extremas y un acceso limitado, lo que hace que vivir allí sea un verdadero desafío.Una de las particularidades de la ciudad es su inaccesibilidad por carretera durante gran parte del año. A diferencia de la mayoría de las localidades en Estados Unidos, no existen caminos pavimentados que lo conecten con el resto de Alaska en los meses cálidos.

La única manera de llegar es mediante avionetas que despegan desde Fairbanks, la segunda ciudad más grande del estado.Sin embargo, en invierno la situación cambia, ya que una carretera de hielo permite el acceso temporal. Este camino se forma cuando las temperaturas descienden lo suficiente para congelar los ríos y lagos. Es una ruta peligrosa y solo transitable durante unos pocos meses, dependiendo de las condiciones meteorológicas.

Un pueblo sin conexión terrestre durante el verano

Esta localidad es un ejemplo de cómo algunas comunidades en Estados Unidos siguen enfrentando desafíos climáticos que dificultan su desarrollo. Las temperaturas en invierno pueden descender hasta los -50°C, haciendo que la supervivencia en el pueblo dependa de la preparación y el acceso a suministros esenciales.

A pesar del frío extremo, los habitantes de Bettles han encontrado maneras de adaptarse. La mayoría de ellos se dedica a actividades como la caza, la pesca y el turismo especializado en auroras boreales. Este pueblo es considerado uno de los mejores lugares de Estados Unidos para observar el fenómeno.

Además de su aislamiento, este lugar es la puerta de entrada al Parque Nacional Gates of the Arctic, una de las áreas silvestres más inexploradas del país. Este parque, sin carreteras ni senderos marcados, representa la esencia de la naturaleza en su estado más puro, ofreciendo a los visitantes una experiencia completamente alejada del mundo moderno.

Mientras muchas ciudades de Estados Unidos se desarrollan con infraestructura avanzada, Bettles permanece como un testimonio de la resistencia humana ante la adversidad del clima y el aislamiento. Un rincón de Alaska donde la vida sigue el ritmo de la naturaleza y donde cada invierno es una prueba de supervivencia.