Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, en el recibimiento a Los Angeles Dodgers.

Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, en el recibimiento a Los Angeles Dodgers. Leah Millis Reuters

EEUU

Trump amenaza a China con imponerle un 50% adicional de aranceles si Xi no retira sus represalias del 34% en 24 horas

Trump trata de convencer a los estadounidenses de que está aplicando una "medicina" a su economía para revivirla. Las bolsas, sin embargo, reaccionan al tratamiento como si fuese cianuro.

Más información: China impondrá aranceles del 34% a todos los productos de EEUU como respuesta a la guerra declarada por Trump

J. R. P.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lejos de dar marcha atrás a la guerra económica contra China, como le piden dentro y fuera de su partido, dobla su apuesta. Este lunes ha amenazado con cargar con un 50% de aranceles extra a los productos chinos si Xi Jinping no acepta, sin más, las tasas que la Casa Blanca le impuso la semana pasada. Conviene recordar que, hace tres días, Pekín ordenó un 34% adicional para Estados Unidos como respuesta al ataque de Trump, que quiere aplicarle un 54% a los chinos.

Si Xi no ordena a su equipo que se retracte, significará que los estadounidenses pagarán un 104% de aranceles por adquirir los bienes que lleguen de China. Y no parece probable que en Pekín se queden de brazos cruzados si esto ocurre, por lo que el riesgo de escalada es muy elevado. El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Lin Jian, ya ha calificado los aranceles impuestos como "acoso económico". 

La línea de acción del presidente republicano contra su rival estratégico es mucho más agresiva que con el resto de países castigados, incluso que con la Unión Europea. Al resto, al menos, les ha ofrecido negociaciones a medida para reajustar los impuestos aplicados a sus productos.

"Estados Unidos tiene la oportunidad de hacer algo que debió hacerse hace décadas. ¡No sean débiles! ¡No sean estúpidos! ¡No entren en pánico. ¡Sean fuertes, valientes y pacientes, y el resultado será grande"!, escribió el republicano este lunes en un tuit en la red social X defendiendo su política arancelaria. 

En este sentido, en una publicación anterior, el mandatario trató de justificar que gracias a sus aranceles, por ejemplo, los precios del petróleo y los alimemtos, así como los tipos de interés han bajado, volviendo a reclamar a la "lenta" Reserva Federal que actúe. "Estados Unidos, maltratado durante tanto tiempo, recibe miles de millones de dólares semanales de los países abusadores con aranceles ya vigentes", proclamó.

Lo cierto es que Trump ha vendido a su gente que está aplicando una "medicina" a la economía estadounidense para revivirla. Las bolsas del mundo, sin embargo, reaccionan al tratamiento como si fuese cianuro. Se han desplomado sin excepción, igual que el precio del petróleo. La explicación más sencilla es el miedo de los inversores a que nos adentremos en una recesión global.

Un rumor calmó los ánimos en Wall Street durante unas horas. Parecía que la Casa Blanca iba a aplazar tres meses la aplicación de los aranceles. El equipo de Trump lo ha desmentido: “Son fake news”. Las previsiones, pues, no varían. Goldman Sachs estima que la probabilidad de que Estados Unidos entre en recesión en los próximos doce meses es del 45%. JP Morgan calcula, además, que la contracción será del 0,3%.

Es, en este escenario, en el que muchos inversores se refugian en las monedas más fuertes. El dólar, el yen y el franco suizo aumentan de valor. Otras, como la corona noruega, se resienten. Este país nórdico es, de hecho, uno de los que más sufren con los vaivenes de Trump. En este sentido, la Unión Europea le ha mostrado su apoyo. 

"Nos mantendremos en contacto muy estrecho", ha prometido Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, al primer ministro noruego, "para minimizar los efectos de nuestras acciones entre nosotros”. La promesa ha caído como un respiro en Oslo, que teme que una eventual respuesta arancelaria de Bruselas perjudique indirectamente sus exportaciones, al permitir la entrada masiva de productos desviados del mercado estadounidense.