
Más de 15.000 personas protestan en Madrid por la vivienda: "¡Casero, culpable; Gobierno, responsable!"
La tercera manifestación convocada por el Sindicato de Inquilinas en los últimos seis meses ha reducido ligeramente su cifra de asistentes en la capital, aunque las marchas programadas en 40 provincias mantienen su amenaza de comenzar una huelga de alquileres ante la pasividad de las administraciones
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Por tercera vez en los últimos seis meses, miles de personas han recorrido el centro de Madrid para denunciar la situación de la vivienda en España, en una marcha organizada por el Sindicato de Inquilinas junto a otras organizaciones.
La cifra de asistencia ha rondado los 15.000, según la Delegación del Gobierno en Madrid. La asistencia ha sido menor, por tanto, que durante las anteriores marchas del 13 de octubre del pasado año y la del 9 de febrero, con una afluencia superior a los 22.000.
Aunque la mayoría de los manifestantes eran jóvenes –el colectivo más afectado por la dificultad para alquilar o comprar una vivienda–, una cantidad considerable de los presentes eran personas de entre 45 y 70 años que han denunciado que la situación en la capital es insostenible incluso para quienes tienen empleos cualificados y salarios que otrora se consideraban clase media.
La marcha ha partido desde la estación de Atocha a las 12:00 y ha comenzado su recorrido hacia la Plaza de Cibeles por el Paseo del Prado.
Los cánticos y pancartas reivindicativas de los presentes han cargado, sobre todo, contra lo que consideran un abandono de las autoridades ante el abuso cometido por los grandes propietarios y la especulación.
Los pisos turísticos también fueron objeto de la ira de los presentes, con pancartas en contra de plataformas como AirBnb y mensajes como "AirBnb te echa del barrio" o "turismo bienvenido, pero no a costa del vecino".
Además de proclamas como "no a los grandes tenedores", "las casas son para tenerlas, no para especular", también han destacado algunos mensajes que llamaban a boicotear los productos estadounidenses a colación de la guerra arancelaria que el presidente Trump ha comenzado contra el resto del planeta.
Si en el pasado los colectivos que hoy han salido a las calles exigían una respuesta por parte de las administraciones o pedían que se ampliase el rango de aplicación de la Ley de Vivienda con una serie de garantías, la falta de medidas tangibles y las constantes promesas del Ejecutivo sobre la creación de un extenso parque público de viviendas aún por cristalizar, ha llevado a las organizaciones a elevar el tono de sus proclamas.
En esta ocasión, la convocatoria unitaria exige una bajada de los alquileres del 50% que, de no cumplirse, se aplicará de manera unilateral mediante la "huelga de inquilinos". Dicho de otro modo: serán los inquilinos quienes pagarán solo la mitad de su alquiler como medida de presión.
También piden la expropiación de casas de fondos buitre y de viviendas vacías para ampliar el parque público; la recuperación de los pisos turísticos y de alquiler de corta estancia, y la garantía de tener contratos indefinidos.
Además, piden “la desarticulación” de los grupos dde le desokupación, el fin de “todos los desahucios”, de las compras especulativas y una verdadera ampliación del parque público.
En ese sentido, han dirigido cánticos contra "Desokupa", contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y contra la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez. También han acusado al Gobierno de ser "responsable" de la situación por su connivencia con los propietarios que abusan de los inquilinos.
Posteriormente, los asistentes han comenzado su rumbo hacia la Plaza de España por la Gran Vía y, poco a poco, el ambiente se ha ido convirtiendo en una fiesta, aunque sin dejar de hacer reivindicaciones.
Algunas formaciones políticas como Podemos e Izquierda Unida han participado en la marcha, con la presencia destacada del secretario de Estado y diputado por Sumar, Enrique Santiago.
Por parte de Podemos, la eurodiputada Isa Serra se ha desplazado hasta el centro de Madrid y ha lanzado un mensaje en X en el que recalca que la vivienda "no es un bien" sino un "derecho" y ha pedido que se bajen los alquileres "por ley".
Otras reivindicaciones
Aunque el espíritu de la protesta tiene un carácter transversal y los organizadores han intentado que en todo momento se ponga el foco en la vivienda, algunos colectivos adheridos a la manifestación han aprovechado la ocasión para hacer otro tipo de reivindicaciones.
Es el caso de Greenpeace, quienes claman por un "casas para un planeta habitable" o de amnistía internacional y otros grupos vinculados a Palestina, quienes reclaman el "fin del genocidio" en Gaza.
Junto al bloque de manifestantes de Podemos, también había una representación de manifestantes que portaban múltiples banderas republicanas y gritaban que "el próximo desahucio” ha de producirse “en la Zarzuela".
Otros grupos están vinculados al sindicato de estudiantes y a colectivos en defensa de la Sanidad pública también han hecho reivindicaciones relacionadas con sus materias.
También ha habido espacio para colectivos que protestaban por el racismo y la homofobia vinculado al acceso a la vivienda y que han aprovechado para denunciar que la población migrante o LGTBI sufre barreras extra a la hora de alquilar un piso.
Poco a poco y tras avanzar por la Gran Vía, los gritos reivindicativos han dado paso a la música y a escenas vinculadas al humor.
Un grupo de manifestantes se han disfrazado de "especuladores" —con un traje y una máscara— para realizar una performance en la que mostraban su "amor por el dinero", su ansia de "conseguir más llaves" y de "limpiarse el culo" con el artículo 47 de la Constitución.
En otra escena satírica, un grupo de jóvenes han improvisado el salón de una casa sobre la acera de Gran Vía y han comenzado a realizar actividades cotidianas como sentarse a comer, leer un libro en el sofá o hacer limpieza en un decorado improvisado.
Junto a ellos, un gran cartel rezaba el siguiente mensaje: "Si nos negáis la casa, amueblaremos los barrios".
A eso de las 14:00, la columna principal se ha dispersado tras llegar a la Plaza de España, aunque un grupo reducido ha continuado leyendo el manifiesto y realizando proclamas hasta desalojar la zona definitivamente a las 15:30.
Las asociaciones convocantes han organizado otro encuentro este sábado a las 17:00 para realizar otro tipo de actividades y crear una comunidad en torno a estas protestas.
Otras provincias
Además de la capital, la jornada del sábado ha estado marcada por movilizaciones en hasta 40 provincias.
En Andalucía, cinco capitales han salido a la calle, aunque, al igual que en Madrid, se han registrado menos manifestantes que en las anteriores protestas. En Málaga, 12.000 personas han salido a protestar, mientras en Granada, Sevilla y Cádiz se han registrado 5.000, 4.000, 2.500 y 1.000 personas, respectivamente. Las escasas cifras de afluencia contrastan con el imparable aumento del coste de la vivienda en la comunidad, que el año pasado experimentó un alza del 13,4%.
Por la tarde, a partir de las 18:30, han comenzado las manifestaciones de Barcelona y Valencia.
La Guardia Urbana de Barcelona cifra en 12.000 los participantes en la marcha para exigir soluciones al creciente problema en la ciudad condal, una donde los efectos del turismo masivo y la gentrificación son más palpables.