El debate sobre la sostenibilidad de las pensiones sigue en aumento.

El debate sobre la sostenibilidad de las pensiones sigue en aumento.

Sociedad

Natalia de Santiago, experta en economía: "Si menos gente tiene que pagar las pensiones de más gente, tendrán que bajar"

El sistema de pensiones en España se enfrenta a retos cruciales que obligan a repensar su sostenibilidad y el papel de cada ciudadano.

Más información: María Isabel, 78 años, viuda y jubilada: “Yo no quiero viajes ni ropa nueva, solo vivir tranquila estos años que me quedan"

Publicada

El debate sobre el futuro de las pensiones en España ya no es una cuestión lejana ni exclusiva de expertos: se ha convertido en un problema real y urgente que afectará directamente a millones de ciudadanos en las próximas décadas.

El envejecimiento de la población, la baja natalidad y la presión creciente sobre el sistema hacen que la sostenibilidad de las pensiones esté seriamente comprometida.

Natalia de Santiago, experta en finanzas, aborda esta realidad con claridad en una reciente entrevista en el pódcast de Claudio Nieto, donde analiza los principales retos del sistema y plantea posibles soluciones para evitar su colapso.

Una situación difícil de sostener

Según De Santiago, el modelo de pensiones español se encuentra en una situación crítica, debido principalmente al envejecimiento de la población, la baja natalidad y la creciente presión sobre los trabajadores activos.

“Cada vez va a haber más gente cobrando pensiones y menos gente trabajando”, señala, y eso inevitablemente obliga a tomar decisiones difíciles, tanto a nivel individual como político.

Uno de los grandes desequilibrios del sistema radica en que, mientras la esperanza de vida sigue aumentando, el número de personas que cotizan no crece al mismo ritmo. Cuando se diseñó el sistema, la expectativa de vida tras la jubilación era de unos 7 años; hoy, esa cifra ha escalado hasta los 23.

“La realidad es que no se va a poder mantener”, advierte De Santiago, subrayando que este cambio demográfico implica un coste mucho mayor por persona jubilada y una mayor carga sobre quienes aún están en activo.

En este contexto, muchos expertos coinciden en que será necesario ajustar tanto la edad de jubilación como el propio cálculo de las pensiones. Sin embargo, Natalia matiza que, pese a sus problemas, el sistema español aún se encuentra entre los más generosos de Europa.

“Nos quejamos mucho, pero España tiene unas pensiones muy buenas que no son comparables con otros países de nuestro alrededor”, afirma.

Un ejemplo claro: en Alemania, la tasa de sustitución (el porcentaje del salario que se mantiene al jubilarse) ronda el 50%, mientras que en España ha llegado a estar entre el 70% y el 80%.

Pero esa generosidad tiene fecha de caducidad. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha alertado de que España, junto con Grecia, será uno de los países donde más disminuirá esa tasa de sustitución en los próximos años.

De Santiago estima que podría bajar al entorno del 50-60%, lo que implicaría una notable pérdida de poder adquisitivo para los futuros jubilados.

“Cuanto más joven seas, es más probable que tu tasa de sustitución sea más baja de la que hay ahora”, subraya.

Búsqueda de alternativas

Ante este panorama, muchas personas tendrán que buscar vías complementarias de ahorro, ya sea a través de planes privados, inversiones o cualquier otro mecanismo que les permita mantener cierto nivel de vida tras la jubilación.

Porque, como afirma Natalia, “si cuando te jubiles vas a cobrar la mitad, tienes que proponértelo muy bien para que salgan las cuentas, teniendo en cuenta que cada vez se vive más”.

El sistema podría sostenerse, en parte, si se aumentaran las aportaciones de los trabajadores activos. Pero esto tampoco es una solución simple ni indolora.

“Pueden pasar dos cosas: por un lado, puede que los que estén trabajando tengan que aportar más y sus cuotas a la Seguridad Social se eleven. Pero sobre todo se prevé que las pensiones públicas se deterioren”, apunta la experta.

Aunque las reformas necesarias son complejas y dependen de decisiones políticas, Natalia de Santiago insiste en que no se trata solo de ideología: es una cuestión de números. “Son decisiones políticas pero también matemáticas. Si menos gente tiene que pagar las pensiones de más gente, tendrán que bajar”.

En este sentido, anima a los ciudadanos a informarse y anticiparse. Herramientas como los simuladores de pensiones pueden dar una idea de cuánto se podría cobrar en el futuro, aunque advierte que “cuanto más lejos esté, más probable es que varíe”.

El mensaje de fondo es claro: el sistema de pensiones, tal como lo conocemos hoy, no sobrevivirá sin cambios. Y si bien es responsabilidad de los gobiernos impulsar reformas, también lo es de cada ciudadano prepararse para un futuro que será, sin duda, muy diferente al de generaciones anteriores.