Pedro Sánchez y Xi Jinping pasean tras su reunión por los jardines de la casa de huéspedes Diaoyutai, este viernes en Pekín.

Pedro Sánchez y Xi Jinping pasean tras su reunión por los jardines de la casa de huéspedes Diaoyutai, este viernes en Pekín. Reuters

Política GUERRA ARANCELARIA

La visita "unilateral" de Pedro Sánchez a Xi Jinping en China provoca malestar en la Comisión Europea, según el PP

El líder comunista ve al presidente español como "motor de las relaciones chino-europeas" en un "mundo de cambios acelerados como no se habían visto en un siglo".

Más información: Sánchez se defiende tras reunirse con Xi: "La política exterior de España no va contra nadie y además es coherente".

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Pedro Sánchez se trae siete acuerdos firmados con Xi Jinping de su visita a Pekín. Dos de ellos, facilitan la venta en China de porcino y cerezas. Otro crea un Grupo de Trabajo bilateral sobre productos sanitarios, medicamentos y cosméticos. Dos más profundizan en la cooperación científica, el sexto aumenta la cooperación práctica en materia de educación y el último establece el refuerzo de la cooperación cinematográfica.

Pero además, se trajo Sánchez unas palabras del líder chino que, pronunciadas en público, remarcaron la visión que su régimen le quería dar al viaje oficial del presidente español, el tercero en apenas dos años: "Esto da muestra de la importancia que usted le da y de su firme voluntad de profundizar las relaciones bilaterales", remarcó Xi ante las cámaras.

En su discurso, el dictador chino señaló que "en los últimos encuentros, tanto usted como yo coincidimos en que crear unas relaciones chino-españolas de mayor determinación estratégica y cooperación de ganancias compartidas corresponde a los intereses comunes y a largo plazo de ambas partes".

En diplomacia cuenta lo que se dice, pero tanto o más lo que no se dice. Por eso, es clave constatar el uso del usted en el primer pasaje y del nosotros en el segundo. Es usted quien le da importancia a nuestras relaciones, y a la vista de esto, nosotros buscaremos la prosperidad juntos.

Algo parecido se puede señalar de otros dos pasajes de la bienvenida pública de Xi a Sánchez.

Xi Jinping llama a Pedro Sánchez "fuerza motriz de las relaciones chino-europeas"

Por un lado, el líder comunista ensalzaba al presidente español como "fuerza motriz de las relaciones chino-europeas". Y por otro, hacía referencia velada al contexto geopolítico. Un ejercicio de seducción dialéctica al presidente español ante "la acelerada evolución de los cambios mundiales, nunca vistos en un siglo, se entrelaza con múltiples riesgos y desafíos".

Según Xi, "en este contexto, sólo con solidaridad y colaboración entre los países podremos defender la paz y la estabilidad del mundo y promover el desarrollo y la prosperidad globales".

Es decir, usted es quien va a llevar mi mensaje a los europeos, ahora que su aliado natural les ha dado la espalda, les considera un obstáculo y a nosotros, los chinos, su enemigo.

Difícil unidad en Europa

Todo este análisis discursivo es cierto, adolece de la precisa textualidad de unas palabras pronunciadas en mandarín. Pero está armado a partir de la traducción oficial de la intérprete proporcionada por el régimen comunista de Pekín y de lo consultado con fuentes diplomáticas.

Pero es que, además, encaja con las prevenciones que la visita de Sánchez a Pekín en plena guerra arancelaria ha levantado a uno y otro lado del Atlántico.

Si el miércoles el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, comentó que apostar por "alinearse con China sería como cortarse el propio cuello", esta semana varias fuentes de Bruselas confirmaban a este diario el malestar al más alto nivel con la visita "unilateral" de Sánchez.

De hecho, en privado, Xi fue más explícito con Sánchez, al que pidió que China y Europa "protejan conjuntamente la tendencia a la globalización económica" y "se opongan a prácticas intimidatorias unilaterales", en referencia directa a la batalla comercial lanzada por Estados Unidos contra el gigante asiático.

En la Comisión Europea se ha manifestado esto "clara y nítidamente", dado que le está costando mucho mantener la unidad de los Veintisiete en la guerra arancelaria. La presidenta Ursula von der Leyen tiene el encargo del Consejo de dirigir una negociación con Washington y de valorar la revisión del enfoque con Pekín.

Y mientras Sánchez vuelve de China, la italiana Giorgia Meloni viaja a EEUU y el húngaro Viktor Orbán se va a Moscú, a verse con Vladímir Putin.

Desde 2019, la UE considera al gigante asiático a la vez un "socio" y "competidor comercial", y un "rival sistémico".

Cambiar esa definición, recogida en el documento oficial comunitario Perspectiva estratégica UE-China, significaría un desafío a Washington en el peor momento para debilitar la posición de la Unión en la mesa de negociación.

Porque fue el Departamento de Estado de EEUU quien presionó a Bruselas para hacerlo.

Pero es precisamente el Gobierno de España el que más claramente se ha desmarcado de ella. De hecho y de palabra.

"Nosotros no consideramos a China un rival sistémico, para nada", dijo el ministro Carlos Cuerpo hace una semana. "España ve a China como un socio de la UE", remarcó Sánchez ante Xi en Pekín, este mismo viernes.

Pero tras la vuelta de Trump a la Casa Blanca, los europeos vuelven a replantearse su relación con el gigante asiático. La primera que lo hizo fue la propia Von der Leyen en un discurso en Davos, donde habló de una oportunidad de expandir los lazos comerciales y de inversión con Pekín.

"Lo dicen en la UE"

Lo cierto es que los Estados miembros están muy divididos sobre cómo relacionarse con China. Y que la Comisión nunca opinará de manera oficial sobre que un primer ministro viaje donde le parezca oportuno.

De hecho, Sánchez no es el único que coge el avión a Pekín. La semana pasada, estuvieron allí el ministro de Exteriores de Portugal, Paulo Rangel; el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic; y el ministro de Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot.

Pero España sí el socio comunitario que le da más alto nivel a sus visitas, con un primer ministro al frente.

Que en julio esté previsto el viaje oficial de Von der Leyen y António Costa, presidentes de la Comisión y del Consejo, es lo que alimenta las críticas veladas en Bruselas al jefe del Ejecutivo español. Confirmadas por los juegos de palabras de Xi, citados más arriba, que envolvieron en elegancia diplomática una toma de posición ciertamente interesada.

Y secundadas desde la oposición en España. Este mismo viernes, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo señaló que, en su opinión, "Pedro Sánchez debería haber pospuesto este viaje". Porque España debe "mantener las mejores relaciones con una de las naciones más poderosas de la Tierra, como es China", pero como miembro de la UE, "debe cuidar sus relaciones con EEUU, nuestro socio desde hace más de 100 años".

Vídeo | El PP critica el viaje "unilateral" de Sánchez a China "sin contar para qué y con qué objetivo"

También el portavoz del PP, Borja Sémper, se preguntaba por la "falta de transparencia" de la visita, por las "verdaderas intenciones" de Sánchez y deslizaba que el viaje no había recibido la aquiescencia de Bruselas.

"Esta visita es unilateral y sin contar con la UE", dijo deslizando que podía calificar de "irresponsabilidad" la visita de boca de "nuestros socios y los primeros ministros de la Unión Europea, que no les ha gustado porque daña la posición internacional de España y la estrategia de la UE".