
Un plato de garbanzos a la boloñesa.
Garbanzos a la boloñesa: la receta fácil, barata y deliciosa que preparo cuando no quiero complicarme
Esta combinación une la textura suave y nutritiva de los garbanzos con el inconfundible sabor de la salsa boloñesa, logrando un plato reconfortante.
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- Total: 10 min
- Comensales: 2-3
Una de las salsas más populares de la cocina italiana es, sin lugar a dudas, la salsa boloñesa, que se prepara con una carne que habitualmente es de buey, y que destaca por ser tierna y muy jugosa. Se trata de una auténtica delicia para el paladar a la que es difícil resistirse y que, además, se puede combinar con otros muchos alimentos para conseguir platos sanos, equilibrados y llenos de sabor.
Originaria de la ciudad de Bolonia, de la que recibe su nombre, la salsa boloñesa es ideal para poder acompañar a todo tipo de platos, desde unos pimientos rellenos hasta espaguetis o lasaña, pero también para acompañar a unos garbanzos cocidos. En este último caso, se trata de una elaboración que es perfecta para tomar a diario, además de ser muy sencilla de realizar.
Los garbanzos a la boloñesa son un plato muy completo a nivel nutricional, que hace que se pueda servir como plato único, especialmente durante los meses de invierno, cuando puede ser un gran aliado para combatir las bajas temperaturas y entrar rápidamente en calor. Sin duda, se trata de una receta muy reconfortante, además de fácil, barata y deliciosa.
Ingredientes de los garbanzos a la boloñesa
- 500 gramos de garbanzos cocidos
- 500 gramos de carne picada
- 200 ml de agua
- 100 ml de vino blanco
- Dos zanahorias
- Dos tomates pera
- Dos cucharadas de tomate concentrado
- Un diente de ajo
- Una cebolla grande
- Una rama de apio
- Aceite de oliva
- Sal
- Orégano seco
- Pimienta
- Unas láminas de queso parmesano (para decorar)
- Unas hojas de albahaca (para decorar)
Paso 1
Pelar y picar finamente la cebolla, laminar el diente de ajo, pelar la zanahoria y cortarla en daditos. Lavar la rama de apio y los tomates y cortarlos también en daditos.
Paso 2
Calentar una sartén antiadherente con aceite de oliva, añadir la cebolla, el ajo y una pizca de sal, y cocinar hasta que la cebolla esté ligeramente caramelizada.
Paso 3
Agregar la zanahoria, el apio y la carne picada, salpimentar al gusto, remover y sofreír hasta que la carne cambie de color.
Paso 4
Verter el vino blanco, remover y dejar cocinar hasta que el alcohol se reduzca.
Paso 5
Añadir los daditos de tomate, medio vaso de agua y las dos cucharadas de tomate concentrado, remover con una espátula de silicona y dejar cocinar durante 10 minutos.
Paso 6
Escurrir bien los garbanzos cocidos y calentarlos en otra sartén con un poco de aceite de oliva, una pizca de sal y orégano seco, salteándolos durante varios minutos.
Paso 7
Repartir los garbanzos salteados en la base de los platos, añadir la salsa boloñesa por encima y decorar con láminas de parmesano y hojitas de albahaca.
A pesar de que la salsa boloñesa necesita de tiempo porque su cocción es larga, merece mucho la pena prepararla uno mismo en casa, ya que es la mejor forma de poder disfrutar de un sabor irresistible. Una vez cortadas las verduras en pequeños trozos, se colocan en una sartén y se deja que se vayan haciendo poco a poco, con calma.
Primero se añaden la cebolla y los ajos, luego la zanahoria, el apio y la carne picada, y cuando esta última cambie de color, se vierte el vino blanco, dejando que el alcohol se vaya evaporando mientras se remueve. Entonces se añade el tomate concentrado y el agua, existiendo la posibilidad de sustituir el agua por caldo de carne, lo que aporta un extra de sabor.
En este paso es necesario dejar que los ingredientes vayan borboteando poco a poco, siendo uno de los secretos para poder conseguir un buen resultado. Aunque es cierto que puedes preparar una salsa boloñesa en apenas 10 minutos, es preferible dedicarle tiempo y dejar que se cocine a fuego lento durante 30 minutos para que las hortalizas queden bien estofadas. Si el líquido se seca en exceso, se puede añadir un poco de agua o caldo caliente.
En lo que respecta a la carne picada, cada uno puede utilizar la que cada uno prefiera, ya sea carne de ternera, o una mezcla de ternera y cerdo, por ejemplo, aunque si se prefiere una opción más suave, se puede optar por la carne picada de pollo.
En la receta tradicional se suele incorporar panceta, por lo que, si quieres hacerla de esta forma, debes cortarla en trocitos y saltearla en una sartén con un poco de aceite antes de cocinar las verduras. Por otro lado, puedes usar vino tinto o brandy como alternativa al vino blanco si lo prefieres.
Si tras su preparación te sobra salsa boloñesa, puedes guardarla en un recipiente hermético en la nevera para luego usarla como acompañamiento de unos macarrones o unas lentejas, con las que encaja a la perfección, o como relleno de una empanada.
Beneficios de los garbanzos con boloñesa
Los garbanzos con boloñesa son una combinación nutritiva y deliciosa que aporta múltiples beneficios a la salud. Los garbanzos son una excelente fuente de proteínas vegetales, fibra y minerales como el hierro, el magnesio y el fósforo, lo que los convierte en un alimento ideal para mantener la energía y favorecer la digestión.
Al combinarlos con una salsa boloñesa, que generalmente contiene carne picada, tomate y especias, se consigue una mezcla equilibrada de proteínas de origen animal y vegetal, mejorando la calidad de los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita.
Además, el tomate aporta licopeno, un antioxidante que protege las células del daño oxidativo y beneficia la salud cardiovascular. Esta receta también es saciante, ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en sangre y es perfecta para quienes buscan una comida completa y reconfortante sin necesidad de recurrir a ultraprocesados.