
Imagen de archivo. Hombre trabajando.
El Supremo da la razón a un empleado tras 21 años como peón en una constructora: tendrá categoría de oficial
Contratado con el puesto de peón, el empleado desempeñó responsabilidades correspondientes a un rango mayor.
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El hombre protagonista de la historia entró en una empresa constructora en el año 2004, donde ha permanecido desde entonces. El problema surge años después, cuando se da cuenta de que el puesto en el que está contratado es el de peón, pero sus funciones se corresponden más con las de un oficial de taller, un puesto con un rango y salario superior.
El trabajador decide escribir una carta exigiendo a la empresa que se reconozca su categoría profesional y se le paguen las diferencias salariales. La respuesta no fue favorable. Por esta razón, el hombre decide demandar.
El Juzgado de lo Social revisa la demanda del hombre que pedía el reconocimiento de su categoría como oficial de taller y una indemnización de 3.248,93 euros, correspondientes a las diferencias salariales. La decisión del juzgado fue favorable respecto a la indemnización, pero negativa respecto al puesto de trabajo. Por esta razón, la historia no acabó aquí, ya que el empleado recurrió la decisión.
El caso llega al Tribunal Supremo
Después de recurrir y de que el Tribunal Superior de Justicia apoyara la decisión del juzgado, el trabajador decide llevar el caso al Tribunal Supremo de Justicia.
El Tribunal Supremo se centra en una única cuestión: si el trabajador, bajo el título de peón, tiene derecho a adquirir el puesto de oficial de taller, puesto que ha desempeñado desde su contratación.
Para entender el problema principal de esta sentencia, hay que explicar un hecho. En la empresa demandada, y cuando entró a la misma el demandante, los puestos de trabajo se organizaban en categorías profesionales, por ejemplo: peón, mecánico, oficial de taller, entre otros. Cada trabajador tenía una categoría, y sus funciones y salario dependían de ella.
Al arracancar el proceso, la empresa aún estaba organizada de esta forma. Sin embargo, a mitad del juicio, la estructura cambió a un sistema basado en puestos de trabajo dentro de grupos profesionales.
Es decir, ahora dentro de cada categoría existían diferentes puestos de trabajo, cada uno con funciones y salarios distintos.
Teniendo esto en cuenta, lo que pide el trabajador es un cambio de puesto de trabajo, y aunque las funciones que realiza coinciden con las del nuevo puesto, su salario y rango no son los mismos.
Así, el Tribunal Supremo evalúa esta problemática, que hasta ahora ha supuesto un gran inconveniente para el trabajador, y hace una distinción clave: el trabajador no busca un ascenso, ya que desde el principio ha estado realizando las funciones correspondientes al puesto de oficial de taller.
El Tribunal Supremo concluye que el trabajador, en efecto, tiene derecho a que se le reconozca como oficial de taller y merece el sueldo correspondiente a dicho puesto.
Así, explica que lo fundamental son las funciones que desempeñe el trabajador, por encima de la categoría profesional o del puesto de trabajo asignado.
Por ello, la empresa queda obligada a reconocer al trabajador como oficial de taller y a pagarle el sueldo correspondiente a este puesto.