
Los cofundadores de Smart Vitamins, Alfredo Rodríguez de Castro y María José Alonso
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La empresa gallega que quiere acabar con la gripe: "Galicia ya es una potencia en biotecnología"
La startup santiaguesa Smart Vitamins, fundada por María José Alonso y Alfredo Bermúdez de Castro, ha recibido una inversión de 2,1 millones para probar un medicamento que prevendrá los síntomas de la gripe. "Galicia es ya la segunda Comunidad de España que más empresas biotecnológicas", dicen
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Una de las noticias de esta semana en Galicia ha sido el hito de la empresa santiaguesa Smart Vitamins, que ha conseguido captar 2,1 millones de euros en financiación para llevar a cabo su primer ensayo clínico. Esta spin-off cofundada por la prestigiosa científica María José Alonso, junto con Alfredo Bermúdez de Castro, está trabajando en SV B-I, un innovador tratamiento para prevenir la gripe.
No se trata exactamente de una vacuna, sino de una terapia. La tecnología no prepara una respuesta inmunológica contra el virus, sino que intenta evitar la infección. El ambicioso proyecto de esta empresa gallega es "acabar con la gripe" como problema médico y económico. Los casos leves y graves de gripe causan un importante impacto económico al mundo laboral y empresarial cada año.
Los ensayos preclínicos realizados en roedores han mostrado una efectividad del 100%, impidiendo el desarrollo de la enfermedad tras la infección con el virus de la influenza. Este avance supone un hito en la lucha contra enfermedades respiratorias y marca un paso clave hacia la validación en humanos, con pruebas previstas para 2026 en el Reino Unido.
Una tecnología gallega con impacto global
La terapia SV B-I ha sido desarrollada con la plataforma Smart Delivery of Nutrients Technology (SDN), creada por la prestigiosa investigadora María José Alonso, directora científica y cofundadora de Smart Vitamins. Esta tecnología patentada permite la administración precisa de fármacos, vitaminas y nutrientes esenciales, mejorando su eficacia y reduciendo efectos secundarios.
Alfredo Bermúdez de Castro Franco, CEO de la empresa, ha destacado la versatilidad de esta plataforma:
“Nuestra tecnología tiene aplicaciones en el ámbito farmacéutico, nutracéutico y cosmético. Los resultados en ensayos preclínicos han sido muy prometedores, y esperamos replicarlos en humanos en nuestro próximo ensayo clínico”.
Inversores de alto nivel apuestan por la innovación gallega
El respaldo financiero proviene de un grupo de inversores estratégicos del sector biotecnológico y farmacéutico, entre los que se encuentran Vicente Durán (Medpoint), Antonio Parente (GP Pharm y BCN Peptides), Roberto Conde (Nutrición Médica Cantabria Labs) y José Luis del Río (Arcano), entre otros.
Según Vicente Durán:
“Hemos comprobado el enorme potencial de Smart Vitamins en la prevención de infecciones respiratorias y otras áreas como la oftalmología y enfermedades autoinmunes. Queremos impulsar la comercialización de su terapia y sus avances en dermatología”.
Próximos pasos: validación contra otros virus y expansión
Gracias a esta ronda de financiación, Smart Vitamins podrá también evaluar la eficacia de su terapia contra otros virus respiratorios como el SARS-CoV-2 y el Virus Respiratorio Sincitial (VRS), además de ampliar su cartera de patentes.
Bermúdez de Castro subraya la importancia de este hito:
“Esta inversión nos proporciona todo lo necesario para acercar al mercado nuestra terapia SV B-I. También nos permitirá acelerar el desarrollo de nuevos tratamientos en dermatología y oftalmología”.
Galicia, una potencia en ciernes
Sobre el futuro de la tecnología y el papel de Galicia, Alfredo Bermúdez de Castro, cofundador y CEO de Smart Vitamins, explica la importancia del proyecto y la buena posición que ha alcanzado Galicia en este sector.
Habláis de "terapia de prevención" y no de vacuna. ¿Cuál es la diferencia entre estos dos conceptos?
Nuestra terapia aspira a otorgar profilaxis ante una infección por Influenza, el virus que causa la gripe, durante un determinado tiempo tras su administración. Esto quiere decir que, de lograr replicar en humanos lo que hemos contrastado en roedores, impedirá que el virus se implante e infecte a las personas.
Las vacunas, sin embargo, inducen una respuesta inmunitaria, que dura un periodo prolongado de tiempo , ante un virus en concreto. Así, si bien no impiden que el virus logre infectar a la persona tras un contagio, sí logran que el propio sistema inmune del afectado genere una respuesta rápida y efectiva que favorece, en muchos casos, la resolución de la infección. Así, una persona vacunada, tendrá una probabilidad mayor de tener una infección asintomática o con cursos clínicos más favorables. De hecho, se ha demostrado ya que las vacunas reducen a la mitad el riesgo de fallecimiento por gripe.
Otra diferencia es que nuestra formulación se podrá administrar de forma doméstica, por vía nasal, sin necesidad de acudir a un centro de salud o requerir de un profesional para su administración.
En definitiva, nuestro desarrollo no pretende ser un sustituto de las vacunas, al menos en aquellos países donde existen campañas de vacunación. Ha de ser un recurso complementario para prevenir la infección, aliviando el impacto económico que hoy genera la gripe, en términos de gasto sanitario y bajas laborales y mucho más importante, evitando cursos clínicos severos que acarrean secuelas para los pacientes e incluso, en el peor de los casos, la muerte.
La industria de la biotecnología está avanzando a pasos agigantados y logrando resultados antes de lo que mucha gente esperaba. ¿Cuál es la clave de esta revolución?
En mi opinión, se está produciendo una confluencia muy interesante entre distintas disciplinas como la nanotecnología, la genómica, la proteómica, la inteligencia artificial y la súper computación, que actúa de catalizador de numerosos desarrollos en el ámbito de la biotecnología, especialmente la orientada a la salud, y está acelerado exponencialmente los tiempos de desarrollo, reduciendo la incertidumbre inherente a toda innovación y por tanto, también, la inversión necesaria. La intersección de todas estas tecnologías está incrementando la velocidad con la que ponemos en valor y trasladamos al mercado todo el conocimiento generado en las últimas décadas, por ello creo que vamos a asistir a una revolución en el ámbito biotecnológico y que redundará, incluso, en un aumento de la esperanza de vida significativo en los próximos años.
Galicia tiene numerosos proyectos de biotecnología y nanotecnología. ¿Puede convertirse este tipo de investigación y desarrollo en uno de los pilares de la economía gallega?
Sin lugar a dudas. No sólo puede ser uno de los pilares sino que, en mi opinión, ha de serlo. La biotecnología es un motor para la creación y consolidación de un tejido productivo altamente innovador lo cual redunda en la creación de empleos cualificados, genera productos de alto valor añadido e incrementa nuestra competitividad como región, en una economía globalizada donde tenemos que competir con empresas y territorios de todo el mundo.
Además, Galicia es ya una potencia en el ámbito de la biotecnología y la nanotecnología. Las Universidades gallegas han hecho una apuesta firme favoreciendo la investigación aplicada y la transferencia de conocimiento en este ámbito. Tenemos Centros de Investigación punteros e investigadores de renombre en el campo, como María José Alonso o Ángel Carracedo, entre otros, que son un referente internacional en sus respectivas disciplinas. Galicia es ya la segunda Comunidad de España que más empresas biotecnológicas crea, tiene un Clúster Tecnológico Empresarial de las Ciencias de la Vida (BIOGA) que aglutina a más 130 empresas punteras y es uno de los más dinámicos de España. Tiene también el primer máster en Gestión de Empresa Biotecnológica de toda España.
Si logramos favorecer el crecimiento y consolidación de las empresas innovadoras del ámbito biotecnológico que se crean en Galicia, y potenciamos también la “biotecnología industrial”, aquella que no sólo crea una innovación sino que es capaz de convertirla en un producto final y logra comercializarlo a nivel global, tengo el convencimiento de que la Biotecnología jugará un papel muy relevante en nuestra economía.