La vicepresidenta María Jesús Montero y el periodista Jordi Évole, en la entrevista emitida este domingo por La Sexta.

La vicepresidenta María Jesús Montero y el periodista Jordi Évole, en la entrevista emitida este domingo por La Sexta. La Sexta

Política

María Jesús Montero desvela que negoció con Puigdemont por 'webcam' la reforma fiscal y dice que su ex vota a Sumar

La vicepresidenta relata a Évole que de joven vivió en una comuna cristiana jipi, se metió en política por un "cura rojo" y admite: "Soy carne de meme". 

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La vicepresidenta María Jesús Montero ha desvelado este domingo, en una entrevista con Jordi Évole, que negoció personalmente por videoconferencia con el líder de Junts, Carles Puigdemont, la reforma fiscal aprobada por el Congreso de los Diputados el pasado mes de diciembre.

Al otro lado de la pantalla también se encontraba el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, que vuela una vez al mes a Suiza para avanzar en los acuerdos con Puigdemont.

En aquella negociación, el Gobierno efectuó un juego de "trilerismo" (en la expresión utilizada por Míriam Nogueras desde la tribuna del Congreso), ya que pactó cosas contradictorias con sus socios: prometió a Podemos hacer permanente el impuesto a las eléctricas, a sabiendas de que Junts y el PNV iban a tumbarlo.

En la entrevista con Jordi Évole emitida en la Sexta, María Jesús Montero también ha mostrado su lado más humano: ha relatado que cantaba en el coro de misa, que de joven vivió en una comuna jipi cristiana y que se metió en política por la influencia de un "cura rojo".

También ha explicado que su exmarido vota a Sumar y que su separación fue "muy civilizada": "nos seguimos queriendo mucho, nos separamos para seguir queriéndonos".

La ministra de Hacienda se muestra dolida por quienes intentan "asociar el acento andaluz a la incultura o la ignorancia" y acaba confesando: "Soy carne de meme, una persona fácilmente imitable, mi forma de expresarme da mucho juego".

Pero se toma la política muy en serio. Asegura que se "quedó de piedra" al conocer las acusaciones de corrupción contra el exministro de Transportes José Luis Ábalos, con el que se sentó durante tres años en el Consejo de Ministros, ya que no había dado ningún "indicio" de un comportamiento irregular.

"No doy crédito", se ha extendido María Jesús Montero, "no me lo explico, para mí es increíble lo que estamos escuchando, no sé a qué responde, no entiendo cuáles son las motivaciones que llevan a alguien presuntamente a tener determinados comportamientos".

Esta vez, Montero ha puesto "las dos manos en el fuego" por su jefe de gabinete, Carlos Moreno, pese a que ahora reconoce que se reunió cinco veces con el comisionista Víctor de Aldama (cerebro de la trama Koldo), quien le pidió que mediara para que la Agencia Tributaria aplazara la deuda de una de sus empresas.

"Me gustaría saber si se aplazó la deuda, nadie ha aportado una prueba que diga que se aplazó. Entonces, ¿de qué tipo de favor estamos hablando?", afirma la vicepresidenta, que define a su jefe de gabinete como un servidor público con "valores y principios incuestionables".

Y sospecha que la acusación de Aldama es una "venganza" contra el Ministerio de Hacienda, ya que la investigación sobre el fraude del IVA en la trama de hidrocarburos fue precisamente la que le condujo a prisión: "La caza mayor soy yo", afirma la vicepresidenta.

María Jesús Montero afirma que nunca ha sido "pelota", pero se deshace en elogios hacia el presidente Pedro Sánchez: "Está haciendo un trabajo impresionante, es el referente de la socialdemocracia en el mundo", afirma, "Pedro Sánchez es imprescindible para explicar por dónde tiene que caminar el mundo en el futuro".

Desvela que Pedro Sánchez no se puso en contacto con ella, ni le mandó un WhatsApp, cuando se tomó los "cinco días" de reflexión al saber que el juez Peinado había abierto una investigación sobre las actividades profesionales de su mujer, Begoña Gómez.

"Me quedé preocupada", relata, "y pensé: cómo tiene que estar el presidente para solicitar, como diríamos en el deporte, un tiempo muerto. Mi preocupación estaba en cómo la política puede llegar a un punto en el que el presidente entre en una situación de reflexión porque el ataque a su familia sea indigerible".

Pero en ningún momento llegó a plantearse el escenario de quién debía ser el sucesor, si finalmente Sánchez tiraba la toalla.

Montero afirma que aún "valora, admira y aprecia" al expresidente Felipe González, por lo que siente "pena" cuando dirige duras críticas al actual Gobierno.

En cambio, considera que José María Aznar es "el peor presidente que ha tenido la democracia. Y como expresidente sigue alimentando sentimientos muy cainitas".

Pese a la insistencia de Jordi Évole, Montero ha evitado en la entrevista de las acusaciones falsas que dirigió en el Congreso de los Diputados contra el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sobre supuestas adjudicaciones de la Xunta de Galicia a la empresa en la que había trabajado su mujer.

Montero se basó en una noticia publicada por un medio, que en ese momento ya había reconocido que era falsa. "Es poner el espejo", ha dicho María Jesús Montero, "pretendía desenmascarar los argumentos trampa del contrario, que está haciendo acusaciones mentirosas respecto a la influencia de la mujer del presidente".

"Yo diría que Feijóo tiene mucho que explicar de adjudicaciones de la Xunta a su hermana y a las empresas en las que trabajaba su mujer. Ahí lo dejo", comenta la vicepresidenta del Gobierno.