
Juan Torre junto con su fotografía de Fito perteneciente a la colección ‘Imágenes para tocar’.
El fotógrafo ciego que crea imágenes que se 'ven' a través del tacto: "Tenía que conseguir que las fotos se pudieran tocar"
A Juan Torre le diagnosticaron con 31 años la enfermedad que actualmente le concede solo un 6% de visión en el ojo izquierdo, el síndrome de Behcet.
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Para Juan Torre (Getxo, 1956) su cámara de fotos no es solamente su herramienta de trabajo; es sus ojos. Fotógrafo de profesión, perdió la vista con 31 años por culpa de la enfermedad que le macaría para siempre.
Y aunque ahora continúa con la que es su vocación e incluso la acerca a personas que sufren de su misma condición, hace más de tres décadas, cuando comenzaron los síntomas, no era tan optimista.
"Fue como un torpedo que le da a la línea de flotación de un barco. Mi vida era la imagen y me la paró completamente", explica Torre a ENCLAVE ODS. "Se me empezaron a producir unas hemorragias en las venitas de la retina y me quedaba a oscuras, como cuando bajas la persiana de una habitación".
Después de acudir a numerosas clínicas, hospitales y oftalmólogos, pudo darle nombre a lo que le estaba ocurriendo: el síndrome de Behcet. "Tuve cinco años muy chungos, recorriendo España buscando soluciones y nadie sabía nada", cuenta.
Se trata de un trastorno poco frecuente que se caracteriza por causar la inflamación de los vasos sanguíneos en todo el cuerpo. Por esa razón, la pérdida de visión no es el único síntoma que comenzó a padecer. Se sumaba a otros como llagas en la boca o erupciones en la piel.
Aunque el más grave para él siempre fue la vista, que fue empeorando hasta llegar a su situación actual, con solamente un 6% de visión en el ojo izquierdo (aunque piensa que ahora debe rondar el 4%). "Veo algunas figuras, pero las caras, los rasgos o los detalles no los veo. De noche voy siempre con bastón porque no veo nada. Depende de la distancia y de la luz que haya", describe.
Y es que no tiene cura, por lo que ha estado probando desde su juventud diferentes tratamientos y terapias alternativas —como la acupuntura— para conseguir mitigar y estabilizar los efectos.
"Volver a nacer"
Su carrera como fotógrafo comenzó en los años 80 como reportero gráfico y corresponsal para algunos medios de la época como La Gaceta del Norte, Tribuna Vasca o Diario 16. Su ubicación, en el País Vasco, en una época que estuvo marcada por el terrorismo de ETA en la zona, le llevaron a ser testigo de acontecimientos históricos: "Lo mismo estaba haciendo un funeral o un atentado, como una entrevista al lendakari".
Recuerda el accidente aéreo del monte Oiz, del que se han cumplido 40 años este mes de febrero. "Fueron momentos muy duros, pero para mí fue realmente un campo de aprendizaje", explica.
Todo se le vino abajo cuando se dio cuenta de que no podría volver a ver. "Lo vendí todo: todas mis cámaras. Era un dolor de la leche. Me iba a dormir acojonado de abrir los ojos por la mañana y que hubiera empeorado", rememora.

Juan Torre, el fotógrafo de Getxo que padece síndrome de Behcet, junto a algunas de sus imágenes expuestas en su ciudad.
El punto de inflexión llegó con su viaje a Latinoamérica en busca de una "posible cura" para su dolencia. No la encontró, pero a cambio consiguió el cambio de mentalidad que necesitaba: "Vi que realmente había otra vida y que aquello era como un nuevo mundo. En España me sentía enfermo e irme allí fue como volver a nacer". Tanto fue así, que acabó asentándose en Venezuela, donde estuvo viviendo 10 años.
"Volví a comprarme el equipo y a colaborar con revistas". Ya no podía estar a pie de calle cubriendo manifestaciones o sucesos, como años atrás, pero podía continuar con su pasión haciendo otro tipo de fotografías, como retratos o imágenes estáticas.
Porque cuando asegura que su cámara hace por él la función de ver, no es solo una metáfora. "Mi forma de ser y de expresarme es la imagen. A pesar de ver como veo, me imagino cantidad de cosas que para mí están ahí, porque siempre he ido por la calle viendo fotos. Lógicamente, tienes que tener una herramienta que te permita llegar a hacerlas", cuenta.
Los avances y tecnologías también le han ayudado en este aspecto. "Yo nunca sé si las fotos están enfocadas, pero tengo una alarma que me lo dice. Y luego las veo mejor en el ordenador".
'Imágenes para tocar'
En 2010, ya de vuelta en España, se embarcó en el que es su proyecto principal: Imágenes para tocar. Se trata de una iniciativa que pretende fomentar la inclusión de las personas que sufren de una discapacidad visual.
Todo empezó cuando comenzó a trabajar con Estudios Durero, una empresa de Vizcaya dedicada a las artes gráficas. "Para mí era como un parque temático. Me quedaba maravillado aprendiendo sobre nuevas técnicas o materiales", relata.
Y añade: "Hubo un momento que vi una foto de una luna llena, blanca y brillante sobre un fondo negro. Y se me fue la mano directamente a tocarla. Ahí me dije que tenía que conseguir que las fotos se pudieran tocar".

Detalle de una de las imágenes de Juan Torre.
Después de mucho insistir, consiguió su objetivo y pudieron crear la técnica bautizada como didú, que permite reproducir imágenes en relieve. Son tintas especiales (UV) que se imprimen sobre placas de aluminio (de nombre Dibond) hasta obtener un saliente en la imagen que se pueda percibir a través del tacto.
De esta manera, los tejidos, la piel, el pelo o cualquier elemento de la imagen la traspasan para que quien sufra de problemas de ceguera, se haga una idea de lo que se representa en la fotografía, que a simple vista parece que se trata de una instantánea normal.
Ainhoa Arteta, Paco de Lucía o Fito del grupo Fito y Fitipaldis son algunos de los protagonistas de esta colección de fotografías en relieve que ya han recorrido en estos años numerosas salas de toda España. Torre eligió músicos para esta obra porque "podría permitir tocar a las personas que tocan". En su caso, instrumentos.
Todas ellas se caracterizan por su sencillez en cuanto a las formas, para que sea más comprensible al tacto. De esta forma, el artista en cuestión se representa en cada fotografía como elemento único en un fondo negro.
"El objetivo es que las fotos puedan verse y tocarse para que si coinciden un ciego y una persona vidente puedan entablar una conversación entre ellos acerca de lo que les sugieren las imágenes", argumenta Torre. Afirma que lo ha conseguido, puesto que en todos estos años la exposición ha estado recorriendo numerosas salas y museos del país. "Todo han sido agradecimientos. Y yo me siento en cierta forma satisfecho", dice.

Juan Torre con la fotografía de Paco de Lucía.
Y no es para menos, ya que la repercusión de dicha técnica ha llegado a instituciones como el Museo del Prado, con la iniciativa Hoy toca el Prado, o el Museo de Bellas Artes de Bilbao, con la exposición Arte para tocar.
"Me alegro de haber podido contribuir a normalizar la situación que vivimos la gente que tenemos una discapacidad visual. Sobre todo, en el arte. Pienso que en ese aspecto se nos tiene más olvidados", asegura.
Su adaptación a su nueva condición no fue fácil, por eso aportar su granito de arena en esta causa lo describe como algo muy "gratificante". "Hay que seguir viviendo", expone.
Y concluye: "No es que la vida siga, como se dice, sino que tú tienes que seguir viviendo. Todo lo malo también tiene un lado bueno donde realmente aprendes, creces, te conoces más y avanzas".