
Fotografía desde un dron de piscifactorías en el mar. Istock
La acuicultura utiliza más peces salvajes de lo que se estima: la Universidad de Miami denuncia esta práctica global
Un estudio publicado en la revista 'Science Advances' ha cambiado por completo la perspectiva que se tenía de la industria de la piscifactoría.
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"La industria de la acuicultura depende en mayor medida de la extracción de peces silvestres de lo que sugerían las investigaciones anteriores". Esta, afirma Spencer Roberts, estudiante de doctorado de la Facultad Rosenstiel del Departamento de Ciencias y Políticas Ambientales y autor principal del estudio, ha sido la conclusión principal de su última investigación.
Esto mismo, añade, "demuestra la escala en la que la acuicultura podría estar afectando a los ecosistemas marinos". Pero no solo eso, los nuevos resultados también "ponen en tela de juicio" suposiciones sostenidas durante mucho tiempo sobre la sostenibilidad en la industria de la piscicultura global.
Y es que, según muestran los nuevos hallazgos del reporte publicado en la revista Science Advances y realizado por la Facultad de Ciencias Marinas, Atmosféricas y Terrestres Rosenstiel de la Universidad de Miami, junto con Oceana y la Universidad de Nueva York, esta práctica puede depender de cantidades significativamente mayores de peces marinos capturados en estado salvaje respecto a lo que se creía.
Lo han determinado a través de la métrica 'pez que entra:pez que sale' (FI:FO, por sus siglas en inglés) que, utilizada para evaluar la eficiencia y la sostenibilidad de la actividad, ha terminado por asegurar que "se necesitan más investigaciones para comprender plenamente los efectos del sector". En concreto, en lo relacionado con la contaminación por nutrientes, la destrucción del hábitat y la propagación de enfermedades a las poblaciones de peces silvestres.
Sostenibilidad cuestionada
Los resultados, explica el estudio, indican que la relación entre los insumos (es decir, el conjunto de elementos que toman parte en la producción) de los peces silvestres y los productos de los peces de cultivo es entre un 27% y un 307% mayor que las estimaciones anteriores, respecto a los 11 principales grupos de especies de piscifactoría de 2017.
Esto se traduce en un rango de entre 0,36 y 1,15, una cifra considerablemente mayor si tenemos en cuenta que la estimación anterior era de solo 0,28 en relación con la biomasa de cultivo que sale. Es decir, donde antes se necesitaban 0,28 kilos de peces pequeños para obtener un kilo de pescado de granja, ahora se necesitan entre 0,36 y 1,15 kilos para sacar la misma cantidad.
Y es que este dato puede ser incluso mayor. Si se tiene en cuenta la mortalidad de especies silvestres durante la captura y se excluyen los sistemas de acuicultura sin alimentación, la relación aumenta hasta un 0,57 frente a 1,78.
De hecho, señala el reporte, en el caso de las clases carnívoras de cultivo, como el salmón, la truca y la anguila, los insumos de peces silvestres "probablemente" superaron en dos veces la biomasa producida.
Investigación a fondo
A diferencia de lo que se ha analizado en otros reportes, este equipo de investigación sí incluyó la consideración de fuentes de especies silvestres en los alimentos para la acuicultura que antes se habían pasado por alto. Entre ellos, por ejemplo, los recortes y los subproductos en los peces capturados en estado salvaje.
Incorporaron, además, la mortalidad colateral por pesca, incluido lo que se conoce como "desplazamiento", una práctica en la que se libera la captura no deseada, pero donde gran parte de los animales, a menudo, no sobrevive.
Los resultados fueron claros y así lo aseguró Jennifer Jacquet, coautora del estudio y profesora del Departamento de Ciencias Ambientales y Políticas de la Facultad de Rosenstiel: "Esta investigación demuestra que las suposiciones que hemos hecho sobre la acuicultura carnívora han sido demasiado optimistas".
Motivo por el que, añade, debemos "pensar estratégicamente sobre los tipos de especies acuáticas que tiene más sentido producir en masa". Y es que, señala Patricia Majluf, científica sénior de Oceana en Perú, donde se encuentra la pesquería de harina de pescado más grande del mundo, "la industria de la acuicultura en alta mar está creciendo tan rápidamente que el pescado capturado en estado salvaje no está siendo reemplazado en sus alimentos".