
Bacterias del género 'Salmonella'. CDC
El imparable avance de las infecciones alimentarias: 2023 registró el triple de muertes que la media anual del último lustro
El número de casos asociados a brotes alimentarios se duplicó en 2023, mientras que el de brotes hídricos casi se multiplica por siete.
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El número de muertes causadas por infecciones de origen alimentario en 2023 triplicó la media del último lustro, según los datos recopilados por el Instituto de Salud Carlos III.
Entre 2018 y 2022 hubo 20 muertes por intoxicaciones alimentarias, siendo 2019 el año con mayor número de fallecimientos: nueve. En 2023, último año con datos, las muertes se elevaron a 13, algo más del triple que las cuatro que se registraron de media en el lustro anterior.
También se registró un mayor número de brotes (833, un 41,2% más) y casos (11.510, aproximadamente el doble) asociados a los mismos, así como más ingresos hospitalarios: 415, un 61% más que la media de 2018 a 2022.
"Varios aspectos han podido influir", sopesa Carmen Varela, investigadora del Centro Nacional de Epidemiología, perteneciente al Instituto de Salud Carlos III, y una de las autoras del informe sobre brotes alimentarios en el último lustro.
Por un lado, "una mejora en la notificación de los brotes, se ha hecho un especial esfuerzo por tener los brotes de todas las comunidades notificados en el Centro Nacional de Epidemiología, se han recibido los brotes de comunidades que no los notificaron en 2022".
Por otro lado, "se ha producido un aumento importante en el número de brotes de criptosporidiosis y alguno de estos brotes, asociados al consumo de agua, han tenido un elevado número de casos".
Varela apunta que en Europa se ha vivido una situación similar, pues aunque bajó ligeramente el número de brotes, ha aumentado el de casos y las hospitalizaciones.
La pandemia de Covid habría sido la responsable última de ese retraso en notificaciones, pese a que en 2022 ya alcanzaron niveles de brotes y casos similares al periodo prepandémico.
"Durante ese tiempo, hubo una infranotificación de todas las comunidades", explica Gema Fernández Rivas, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. "Al no tener muestras para detectar los organismos, ¡no se detectaban!"
Pero la Covid también han influido de otro modo. "Cada vez más laboratorios han incorporado técnicas más sensibles, como las PCR, y ahora es más fácil detectar microorganismos que antes, con otras técnicas, no era posible".

La mayoría de brotes y la práctica totalidad de las consecuencias graves —414 de 415 ingresos hospitalarios y todas las muertes— han sido alimentarios.
Andalucía fue la comunidad que intoxicaciones registró, con 232 brotes, seguida de Cataluña, con 116. Solo una autonomía, Cantabria, se mantuvo a cero a lo largo de dicho año.
El agente más frecuente y mortal fue la salmonela, que protagonizó 350 brotes y un total de 2.747 casos, 356 hospitalizaciones y 4 muertes. A distancia le siguen Norovirus (65 brotes, 1.559 casos) y Campylobacter (43 brotes).
Aparte de las cuatro muertes por salmonela, se registraron dos por Bacillus cereus, una por Clostridium y otra más por Staphylococcus. De las cinco restantes, se desconoce el origen de dos y tres se asocian a otras bacterias.
"Las agencias de salud pública hacen muy bien los estudios de brotes y contactos de la salmonela", comenta Fernández Rivas. "Se relaciona con el consumo de huevo y pollo, porque está en el tubo digestivo de estos animales y a los huevos puede pasar por contacto con las heces".

Aunque en personas sanas puede provocar una diarrea molesta, es en edades avanzadas cuando se asocia a un mayor peligro, pues "puede atravesar la pared del tubo digestivo, provocar infecciones en la sangre y cuadros de sepsis".
Por eso recomienda lavarse las manos a la hora de manipular estos alimentos, así como no utilizar el mismo cuchillo ni la misma tabla de cocina para el pollo y para otros alimentos.
Los huevos y sus derivados son los alimentos asociado a más brotes: suponen el 30,3% del total, en buena parte relacionados con la salmonelosis. La carne está en segunda posición, con el 19,5% y asociada principalmente a los restaurantes.
De hecho, la hostelería estuvo implicada en algo más de la mitad de los brotes, mientras que el hogar lo hizo en una cuarta parte de ellos. El resto se registraron en residencias de mayores, escuelas, guarderías, prisiones e instituciones sanitarias.
Estos datos son similares a los observados en el lustro anterior. En el informe de brotes entre 2018 y 2022, además, puntualizaban los factores contribuyentes a los mismos:en el 22,43% de los casos fue una refrigeración inadecuada; en el 18,57%, un cocinado inadecuado, y en el 17,28%, la contaminación cruzada.
Los brotes hídricos, también al alza
Aunque son menores en número y gravedad, el informe de brotes alimentarios de 2023 también habla de un aumento de las infecciones asociadas al agua: hubo 1.385 casos frente a la mediana (la cifra que deja el 50% de los casos por arriba y por debajo) de 257 de los cinco años anteriores. Es decir, casi siete veces más.
Esto se debió sobre todo al impacto de Cryptosporidium, una bacteria que suele provocar diarreas líquidas en niños. Carmen Varela, del Centro Nacional de Epidemiología, apunta que ha ocurrido lo mismo en Europa y que probablemente tenga algo que ver "las condiciones meteorológicas excepcionales del verano de 2023".
Gema Fernández Rivas profundiza un poco en la cuestión. "El Crypstosporidium se relaciona mucho con aguas recreacionales, como las piscinas. Como ha habido sequía, es probable que muchas piscinas —incluidas las desmontables— se hayan rellenado con agua no bien tratada, y es que esta bacteria es resistente al cloro".
A pesar del aumento de brotes y casos, la microbióloga recuerda que las medidas de prevención y seguimiendo están muy establecidas, y la vigilancia epidemiológica es constante. "Pero siempre puede haber contaminación cruzada en una casa o una fábrica. A nivel individual tenemos que tener cuidado de manipular alimentos susceptibles de estar infectados o contaminados".