Imagen de archivo de un médico revisando la radiografía de tórax de un paciente.

Imagen de archivo de un médico revisando la radiografía de tórax de un paciente. Getty Images

Salud

Europa alerta del alarmante aumento de la tuberculosis infantil: por qué crecen un 10% los casos en menores de 15 años

Los expertos advierten que el incremento de los diagnósticos entre los niños es un claro indicador de que la transmisión comunitaria también está creciendo.

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La tuberculosis aún no es cosa del pasado en Europa. La población infantil es una de las que más preocupa a los expertos: el 4,3% de los nuevos casos de tuberculosis diagnosticados en Europa  en 2023 fueron niños menores de 15 años, según el último informe del Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés). Este porcentaje supone un aumento del 10% respecto al año anterior.

El incremento es aún mayor si sólo se observan los datos de los países de la Unión Europea y del Espacio Económico Europeo (UE/EEE). En este caso, las notificaciones de tuberculosis infantil pasaron de 1.341 a 1.689 casos, por lo que aumentaron un 25,9% entre 2022 y 2023. Es el tercer año consecutivo en el que se registra un aumento de los diagnósticos de tuberculosis en menores de 15 años en los 29 países de la UE/EEE.

"El que aumente la tuberculosis en niños es un signo de que la transmisión comunitaria de esta enfermedad está aumentando porque los niños siempre se infectan de un adulto", asegura a EL ESPAÑOL Antoni Noguera, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Sant Joan de Déu y especialista en tuberculosis.

Los niños pequeños no sólo presentan un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad tuberculosa a lo largo del primer año de la infección, sino que también es probable que se hayan contagiado hace poco tiempo y en un entorno cercano. Por tanto, la tuberculosis infantil sirve como marcador para conocer la transmisión en curso dentro de una población.

Como señala el citado informe, en el que también participa la la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cifra total de casos en los países de la UE/EEE también muestra una tendencia al alza, rozando casi los 39.000 casos de tuberculosis notificados en 2023.

En comparación con la cifra registrada hace tres años, supone un incremento del 15%. Aunque si hace lo propio con 2019 (el último año prepandémico), se observa un descenso de más de 6.000 casos. Esta evolución se repite en los menores de 15 años, siendo 2019 el año con el dato más alto de los últimos cinco, con 1.810 casos.

Resurgir tras la Covid

Para Noguera, el aumento de casos tanto en niños como en adultos se debe —al menos, en Europa occidental— a la Covid. Como en otros muchos ámbitos, la pandemia interrumpió "los esfuerzos que se estaban realizando" para el control de la tuberculosis, con consultas cerradas y estudios de contacto que se ralentizaron. Todo ello provocó el resurgir de esta enfermedad infecciosa causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch.

En España, de hecho, se acordó un programa de prevención y control de la tuberculosis en 2019. "Ahora hay que recuperar el tiempo perdido". Quien habla en esta ocasión es el presidente de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona y exjefe del Servicio de Epidemiología de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, Joan Caylà.

A su juicio, la primera explicación que encuentra al aumento de la tuberculosis infantil en Europa es que "los métodos de control no son todavía suficientemente efectivos". Cree que influye además que estén aumentando los pacientes con factores de riesgo sociales como el alcoholismo, la toxicomanía o la procedencia de países endémicos.

"Se está viendo también en España", dice Caylà en referencia a un brote de tuberculosis que afecta a al menos 25 personas en Cataluña desde 2022, y en el que uno de los pacientes, que podría haber causado el origen del brote, huyó en algunas ocasiones sin cumplir con el tratamiento.

Estudiar "bien" los contactos

La única manera para reducir la tuberculosis infantil es volver a poner en marcha los recursos que hasta ahora habían permitido controlar los brotes comunitarios. "Si se consigue diagnosticar antes al paciente adulto, va a repercutir en el corto plazo en la reducción de las tasas en niños", apunta Noguera.

Para ello habrá que, como añade Caylà, "estudiar bien los contactos con estudio convencional para ver quiénes están infectados". En aquellos en los que el cultivo resulte positivo, se pueden llevar a cabo técnicas de epidemiología molecular para comprobar si se asocia a algún caso. El inconveniente es que con esta técnica no es posible "captar contagios en los niños". Con el estudio convencional sí que se pueden detectar este tipo de casos. Y "en ocasiones a partir de un niño, puede haber un caso en adulto no diagnosticado".

Otra de las medidas "importantes" es "conseguir que cumplan el tratamiento". En este sentido, los países de la UE/EEE aún deben mejorar: para uno de cada cinco niños con tuberculosis se desconoce si su tratamiento se ha completado, según el informe del ECDC y la OMS. Noguera prefiere ser "cauto" a la hora de valorar este dato, puesto que "no quiere decir que hayan evolucionado mal sino que los datos no son de una calidad suficiente como para decir que el niño ha terminado su tratamiento".

También entiende que es importante aclarar que no se especifica a qué zonas geográficas se refiere; y al menos en España y Europa occidental, "la mayoría de los niños con tuberculosis se tratan y se curan". En nuestro país, desde agosto de 2023 se dispone de un medicamento que mejora la adherencia entre los niños, y de cuya importación se encargó el propio Noguera.

Un objetivo "poco realista"

Pese a estos avances, la situación en España aún tiene visos de mejora. En la actualidad, 'sólo' la presentan cuatro de cada 100.000 niños al año. Aunque la incidencia ha experimentado un incremento del 7% en la población general durante el último año, según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

Este repunte aleja al país del cumplimiento de los objetivos establecidos por la OMS, que pretende reducir la incidencia en un 80% y la mortalidad global en un 90% para 2030. Tanto Noguera como Caylà consideran que alcanzar ambos porcentajes para esta fecha es "poco realista". "Hay al menos 15 países en el mundo donde existe una epidemia de tuberculosis", recuerda el pediatra del Sant Joan de Déu.

Y es que, aunque no reciba "tanta atención mediática", la tuberculosis sigue siendo la enfermedad infecciosa que acaba con más vidas en el mundo. Este funesto título lo ocupó durante tres años consecutivos la Covid, pero en 2023 volvió a ser la causa de muerte infecciosa más letal a nivel mundial, con aproximadamente 1,2 millones de fallecidos.