Alaska cuenta con un gran número de poblados remotos.

Alaska cuenta con un gran número de poblados remotos. Grok

Estados Unidos

El pueblo más solitario de Alaska tiene menos de 300 habitantes: todos sus residentes viven bajo un mismo techo

La población entera de Whittier vive dentro del edificio Begich Towers.

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En el poblado de Whittier, Alaska, todos los habitantes, absolutamente todos, conocen muy bien a sus vecinos. Pero lejos de parecer un poblado sumamente unido o con un lazo comunitario fuerte, lo cierto es que la “cercanía” que existe entre sus habitantes se debe a que todos viven bajo un mismo techo: el edificio Begich Towers

La historia de este pequeño poblado se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando el Ejército de los Estados Unidos lo estableció como una base militar estratégica. Su ubicación, rodeada de montañas y con un clima mayormente nublado, ofrecía protección natural contra ataques aéreos enemigos. Así nació una comunidad cerrada, que con el tiempo fue adaptándose a la vida civil tras la retirada militar en la década de 1960.

Durante este período también se estableció el Edificio Buckner, el cual se convirtió en el corazón del pueblo debido a que albergaba viviendas hasta una bolera y un hospital. Sin embargo, el abandono y la falta de mantenimiento llevaron a su cierre en los años 70, lo que consolidó al Begich Towers como la principal estructura habitada de Whittier.

Un refugio con historia

En el edificio Begich Towers, los 272 residentes de Whittier encuentran no solo su hogar, sino también servicios esenciales como supermercado, lavandería, iglesia y escuela, creando una comunidad autosuficiente que ha desafiado el paso del tiempo y las duras condiciones climáticas.

El edificio de 14 pisos está conectado a través de pasillos internos, lo que permite a los habitantes moverse sin exponerse al frío extremo. Este elemento también ha sido un factor determinante en la peculiar distribución urbana de Whittier. Con temperaturas que rondan los 0°C en promedio y nevadas constantes, desplazarse al aire libre puede ser un desafío. Por ello, la ciudad ha adoptado un modelo de vida en el que los residentes pueden realizar sus actividades diarias en el Begich Towers.

Esta singularidad ha llamado la atención de turistas y creadores de contenido, quienes han documentado la experiencia de vivir en un lugar donde prácticamente no es necesario salir a la calle.

Más allá de sus muros: el atractivo turístico de Whittier

Pero más allá de su reducido tamaño, Whittier también es un destino atractivo para los amantes de la naturaleza. Durante el verano, la ciudad recibe más de 700,000 visitantes que llegan en busca de la belleza del Prince William Sound, un área repleta de glaciares, fiordos y vida silvestre. Además, su puerto de aguas profundas y su conexión ferroviaria con Anchorage la convierten en un punto estratégico para el comercio y el turismo en la región.

El acceso a Whittier no es sencillo. La ciudad está conectada al resto del mundo por el túnel Anton Anderson Memorial, que solo permite el tránsito en horarios específicos y cierra cada noche a las 22:30. Este aislamiento refuerza la sensación de comunidad entre los habitantes, quienes han aprendido a convivir en un espacio reducido, donde todos se conocen y dependen unos de otros.