La alcaldesa de Águilas, Mari Carmen Moreno, junto a Donato Muñoz, presidente de la Asociación Pochibo Caló, conmemorando el Día Internacional del Pueblo Gitano en 2018.

La alcaldesa de Águilas, Mari Carmen Moreno, junto a Donato Muñoz, presidente de la Asociación Pochibo Caló, conmemorando el Día Internacional del Pueblo Gitano en 2018. A. A.

Reportajes

Donato Muñoz, presidente de la Asociación Pochibo Caló de Águilas, secuestra a los cacos que le robaron 8.000€ y oro

Donato queda en libertad junto a tres familiares que le ayudaron. "Me llevaron a una cuadra y me amenazaron: Te vamos a pegar un tiro y te vamos a echar a un pozo", según relata uno de los dos cacos liberados por la Guardia Civil.

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Donato Muñoz es conocido en Águilas por su labor años atrás con la gestión de las sillas para ver los desfiles del carnaval -declarados de interés turístico internacional- y por ser el presidente de la Asociación Pochibo Caló: un colectivo referente para el pueblo gitano en esta localidad del litoral murciano. Pero ahora está en el candelero tras haber sufrido un cuantioso robo en su casa y haberse tomado la Justicia por su mano porque secuestró supuestamente a dos de los de los tres ladrones que la desvalijaron.

El palo se produjo el domingo 9 de marzo, jornada carnavalera en Águilas, de modo que en la residencia de Donato no había ni un alma. EL ESPAÑOL ha podido saber por fuentes próximas a la instrucción judicial que los tres ladrores se subieron a la terraza donde forzaron una puerta y accedieron al domicilio para ponerlo patas arriba.

"Se llevaron unos 8.000 euros en metálico y joyas de oro macizo que están valoradas en unos 10.000 euros porque había relojes, pulseras, pendientes, cadenas...", tal y como enumeran las citadas fuentes vinculadas al caso. El robo fue descubierto por la mujer de Donato cuando regresó a casa y le dolió mucho al presidente de la Asociación Pochibo Caló porque en el botín había un reloj heredado de su padre, esclavas de la comunión de sus hijos... Tanto es así que denunció el asalto a su domicilio y a la misma vez se puso a investigar para averiguar la identidad de los cacos.

Donato (1961) no tardó demasiado en averiguarlo por toda la gente que conoce en el pueblo por su labor en los carnavales y porque trabajó en los servicios municipales de limpieza del Ayuntamiento de Águilas antes de jubilarse. Además, los tres supuestos asaltantes son conocidos por los vecinos del pueblo que los han sufrido y por las Fuerzas de Seguridad, debido a que a pesar de su corta edad han protagonizado "numerosos" hurtos y robos en viviendas y comercios. 

Donato Muñoz, ejerciendo de presidente de la  Asociación Pochibo Caló.

Donato Muñoz, ejerciendo de presidente de la Asociación Pochibo Caló.

De hecho, en la misma calle donde reside Donato también entraron al domicilio de una vecina y el presidente de la Asociación Pochibo Caló situó en la diana a este trío de cacos imberbes: dos adolescentes de entre 18 y 23 años, junto a un tercero que es un menor de edad. El miércoles 19 de marzo, Donato, en vez de informar a la Guardia Civil acerca de la identidad de los autores del robo de su casa, parece que optó por secuestrar al adolescente de 23 años y al menor de 16 años.

No actuó solo, lo hizo con la supuesta colaboración de tres familiares: su hijo, Donato (1991), su hermano, Juan Rafael (1969) y el hijo de este, Donato (1994). "Los dos jóvenes fueron trasladados a una cuadra que hay en el barrio conocido como la 'Ciudad sin Ley' y a un garaje". Una vez que estaban en la citada barriada, les torturaron presuntamente para que confesaran dónde estaba el dinero y las joyas.

ESPAÑOL ha accedido al atestado del Instituto Armado sobre este presunto secuestro: "Con fecha 19 de marzo, se tiene conocimiento en este equipo de Policía Judicial de la actuación llevada a cabo por patrullas de la Guardia Civil y de la Policía Local, consistente en la liberación de dos personas que al parecer, se encontraban retenidas ilegalmente por parte de varias personas del clan gitano de los donatos. Estas personas fueron halladas en una cochera, junto con componentes del citado clan […]".

Los dos presuntos autores del palo a la vivienda, convertidos en rehenes, se llevaron tal escarmiento que no abrieron la boca delante de sus presuntos raptores: Donato y sus tres familiares. De hecho, el atestado refleja que presentaban "diversos hematomas en el rostro" y ninguna de las dos víctimas quiso explicar lo sucedido a los guardias civiles que les liberaron: "Se le pregunta por quiénes han podido cometer tales agresiones, indicando que ha sido otra persona y que no lo va a decir". 

Una de las calles de la barriada de Águilas conocida como la 'Ciudad sin Ley'.

Una de las calles de la barriada de Águilas conocida como la 'Ciudad sin Ley'. Google Maps

La intervención de la Guardia Civil y de la Policía Local para liberar a estos dos adolescentes, con reseñas policiales, se produjo gracias a dos llamadas de testigos que alertaron de lo que estaba sucediendo en la 'Ciudad sin Ley': primero en una cuadra y luego en un garaje.

"A las 21.45 horas del 19 de marzo de 2025, se recibe un aviso de la Central Operativa de Servicios (COS), informando de una posible agresión física en curso a dos varones, por parte de varios individuos de etnia gitana, todo ello a la altura de una casa que está situada en la calle Maestro Ginés Ortiz Ramírez. El comunicante hace constar que las víctimas podrían estar con las manos atadas para facilitar esa agresión". En la zona se personaron varias patrullas, pero había unas 50 personas allegadas al clan de los donatos y se tuvieron que ir por su inferioridad numérica.

A las 22.20 horas de aquel miércoles, se produce una segunda llamada de un testigo, filtrando a la Policía Local que las víctimas han sido trasladadas de una cuadra a un garaje. De modo que se desplegó un operativo de película para liberar al adolescente de 23 años y al menor de 16 años. Un día después, uno de estos jóvenes se armó de valor para presentar una denuncial ante la Guardia Civil donde relata las claves de un caso que ha generado un gran debate entre los 38.000 vecinos de Águilas, por el hecho de tomarse la Justicia por su mano para resolver un robo.

"A pesar de tener miedo y de temer por mi vida y por la de mi familia, mi madre me apoya para que presente una denuncia", tal y como recalca este joven en su comparecencia en el cuartel. "Los hechos suceden a causa del robo de una vivienda del clan de los donatos y me culpan de ser el autor". "Dos personas de ese clan se presentaron en mi casa dos veces y a la segunda me obligaron a que los acompañara: 'Montánte en el coche'".

"Cuando arrancaron, me dijeron que no me iban a soltar hasta que les contara todo: 'Te vamos a atar y te vamos a pegar y te vamos a dejar a oscuras hasta que lo cuentes todo'. Me tuvieron retenido, atado con cadenas y pegándome unas dos horas hasta que fui rescatado", según relata este joven.

El cuartel que tiene la Guardia Civil en Águilas.

El cuartel que tiene la Guardia Civil en Águilas.

La Policía Judicial citó a declarar al menor de edad y afirmó que él fue secuestrado antes que su compadre de aventuras y desventuras: "Fui abordado por dos personas del clan, obligándome por la fuerza a montarme en un vehículo. Me trasladaron a un granero o cuadra donde me ataron a una silla y me pegaron, diciéndome: 'Devuelve el dinero y las joyas, o te matamos'". El tono de las presuntas amenazas fue in crescendo: "Durante la agresión me dijeron: 'Devuelve el bolso con joyas y el dinero. Te vamos a pegar un tiro y te vamos a echar a un pozo'".

"En ese momento, las mismas personas que me trajeron al granero, llegaron con un chico al que conozco y lo ataron en una silla junto a mí. Le golpearon con más violencia, solicitándole el mismo bolso y le amenazaron". "Ante la presencia policial [por la zona], nos trasladaron hasta una cochera próxima donde fuimos rescatados".

El chico que ha presentado la denuncia alerta a la Guardia Civil de que ha sufrido amenazas del clan por ser un sapo: "Quiero hacer constar que se han presentado en mi domicilio varias personas, pertenecientes al clan de los donatos, diciéndome que tengo que quitar la denuncia obligatoriamente y que en caso de no hacerlo, me tendría que ir de Águilas y toda mi familia también. Tengo miedo de esta situación. También me dijeron que si retiro la denuncia, me devuelven el oro que me robaron".

El ambiente estaba tan tenso que tuvieron que mediar los abogados de los cuatro investigados, Eduardo Muñoz Simó y Maribel Muñoz, para que se presentaran en el cuartel para responder por dos delitos de detención ilegal; lesiones; robo con violencia; trato degradante y asociación ilícita. Todo ello, debido a que se negaron varias veces a entregarse cuando la Guardia Civil se personó en los respectivos domicilios de Donato, de 64 años; su hijo, Donato, de 34 años; su hermano, Juan Rafael, de 56 años, y su hijo, Donato, de 31 años. Así lo refleja el atestado de la Policía Judicial:

"Se mantiene el operativo policial varios días, de forma continuada, y ante la presencia por la barrriada, los letrados designados la tarde del 1 de abril, se ponen en contacto con la fuerza instructora, manifestando que los arriba citados se personarán de forma voluntaria junto a los abogados en dependencias policiales la mañana del día 2".

Los abogados Eduardo Muñoz Simó y Maribel Muñoz, encargados de defender a los cuatro detenidos.

Los abogados Eduardo Muñoz Simó y Maribel Muñoz, encargados de defender a los cuatro detenidos.

Los cuatro detenidos se negaron a declarar en las dependencias de la Guardia Civil y el tiempo que pasaron en los calabozos estuvieron acompañados en la calle por decenas de allegados. De esta forma se evidenció la trascendencia social que tiene Donato Muñoz, para el pueblo gitano, como presidente de la Asociación Pochibo Caló. Prueba de ello es que este viernes se desplegó un dispositivo especial de seguridad en los juzgados de Lorca porque tenían que pasar a disposición judicial.

"Ninguno de mis clientes tuvo nada que ver con los hechos, más allá de ser los propietarios de la cuadra y del garaje", tal y como advierte el penalista Eduardo Muñoz Simó, encargado de defender a Juan Rafael y a su hijo, Donato. "Mi cliente sostiene que esos dos chicos presentaban lesiones porque se pelearon entre ellos, pero en ningún momento fueron agredidos por él ni por sus familiares y la Fiscalía lo tenía claro porque no ha pedido su ingreso en prisión", según Maribel Muñoz, representante legal del presidente de la Asociación Pochibo Caló y de su hijo.  

La Guardia Civil ha inspeccionado dos veces la cuadra del secuestro y no ha encontrado las cadenas con las que fueron maniatadas las dos víctimas, pero ha pedido que los cuatro detenidos se sometan a pruebas de ADN. Todo ellos se acogieron a su derecho a no declarar en el juzgado y quedaron en libertad, en calidad de investigados por los delitos de detención ilegal; lesiones; robo con violencia; trato degradante y asociación ilícita. Donato regresó a Águilas haciendo bueno el sobrenombre que algunos le tienen puesto como 'el alcalde de los gitanos'.