
Trump impone aranceles del 20% a la UE y del 54% a China para lograr la "independencia económica" de EEUU
Establece un 10% fijo para prácticamente todas las importaciones y un 25% para todos los automóviles procedentes del extranjero.
No menciona ni una sola vez a Rusia, que tampoco aparece en las tablas de aranceles recíprocos.
Más información: Aranceles de Trump país a país: del 0% a Rusia y Corea del Norte al 10% a unas islas deshabitadas donde sólo hay focas y pingüinos
El mundo entero abusando de Estados Unidos. Así de simple ha sido el retrato sobre el comercio global dibujado por el presidente Donald Trump antes de anunciar aranceles universales por un valor mínimo del 10% sobre las importaciones de todos sus aliados comerciales, un largo listado con más de 100 países afectados. Hay tarifas mucho más altas, como es el caso de la Unión Europea, que ocupa la segunda posición entre las economías más castigadas con una subida de aranceles de hasta el 20% (la base del 10% y otro 10% adicional). Está solo por detrás de China, el país más afectado con tarifas del 54% (34% sobre el 20% ha existente) que, según ha dado a entender Trump entrarán en vigor entre este sábado y el próximo 9 de abril.
"Esto no va de países amigos y de otros enemigos, porque todos han devastado nuestra industria y fuerza laboral", denunció el mandatario en la tarde del miércoles -tras el cierre de los mercados- frente a una gran bandera estadounidense desplegada en el Rose Garden, la Rosaleda de la Casa Blanca, un jardín tradicionalmente reservado para los discursos y vistas de estado más importantes.
Durante el acto, organizado en forma de show y titulado "Make America Wealthy Again" (Hacer que América sea rica de nuevo), Trump describió primero una dinámica en la que todos los países se "han aprovechado de la amabilidad" de EEUU -la principal potencia económica con una cuarta parte del PIB mundial-. Luego subió al atril a un extrabajador de la industria automovilística de Detroit y finalmente mostró una tabla con un listado de países para comparar las tarifas que supuestamente establecen a los productos de EEUU y las que se les impondrá ahora.
En esta jornada, que denominada por su gabinete como el 'Día de la Liberación', el mandatario dio su discurso de una hora y mencionó directamente a países aliados por las "barreras" que han interpuesto al comercio estadounidense y a empresas privadas como la automovilística japonesa Toyota.
La Unión Europea, como viene siendo habitual, fue el blanco de infinidad de críticas, mientras Bruselas ya prepara una contundente respuesta por valor de 26.000 millones de euros.
— Rapid Response 47 (@RapidResponse47) April 2, 2025
"El cuento de la UE se acabó"
"Ustedes ven esa cara tan amigable de la Unión Europea, pues nos imponen el 39% de aranceles", señaló el presidente al hablar de su aliado militar y económico, al que ahora fijará un arancel general del 20%.
Esa tarifa se aplicará en dos tandas. Primero, una base general del 10% aplicada a todos los socios que entrarán en vigor el próximo sábado 5 de abril, y luego una tarifa adicional hasta llegar al 20% en el caso de la Unión Europea que se implementará el 9 de abril, lo que, conociendo sus anteriores maniobras de presión, abre la puerta a una negociación con Bruselas.
Trump no explicó qué cálculos ha desarrollado su gabinete para estimar esos aranceles a nivel comunitario, sin dividirlos por sector o por país, pero durante su alocución dejó entrever que se han computado como tarifas perjudiciales para Estados Unidos los impuestos sobre el valor añadido aplicados en las compras finales en Europa y los subsidios a la producción local.
"Han manipulado sus monedas, subsidiado exportaciones e incluso robado nuestra propiedad intelectual", denunció sin dar más detalles sobre el estudio dirigidos por el Departamento de Comercio.
En el caso de la Unión Europea, llegó a incluir también su estricta regulación alimentaria, que impide la importación de productos cárnicos como el pollo debido a que los productos utilizados en Estados Unidos para su conservación no están permitidos en el mercado comunitario.
"La Unión Europea prohíbe importar pollo de EEUU, pero ellos nos venden todo tipo de productos. No tengo nada contra la Unión Europea pero es algo que no vamos a permitir. Ellos nos venden muchísima carne y no importan la nuestra. A partir de la medianoche este cuento se acabó", zanjó.
El mandatario estadounidense también culpó directamente a sus predecesores en la Casa Blanca de haber "permitido el abuso contra nuestra nación". "Han robado su empleo y sus fábricas, han roto un país cuyo espíritu fundacional era soñar", lamentó antes de prometer que la nación será "grande y próspera otra vez" porque "las fábricas y plantas de producción volverán a EEUU".
"Felicito a China"
El presidente vinculó con especial ímpetu el desarrollo económico de China con la supuesta competencia desleal que ha sufrido Estados Unidos en el mercado global.
"Tengo mucho respeto por el presidente Xi Jinping y por China, pero se han aprovechado mucho de nosotros y les felicito por ello. Ellos entienden lo que pasa ahora y la mayoría sabían que llegaría el momento en el que haríamos algo", reconoció.
Respecto al gigante asiático, Trump justificó las tarifas incluso por motivos de seguridad al señalar: "China produce más chips que todo EEUU cuando antes EEUU dominaba esa industria, y eso se debe a nuestros déficits crónicos que además suponen una grave amenaza a la seguridad nacional".
Más allá de China, no hay ningún tradicional aliado que se libre de los aranceles: Israel, eterno socio de Estados Unidos, aparece en la lista con aranceles propios del 17%. Reino Unido con el 10%. Japón, 24%. Corea del Sur, 25%. India, 26%. Taiwán, 32%.
Canadá y México, a quienes Trump lleva amenazando con aranceles del 25% desde su victoria electoral en noviembre, se han librado de aparecer en esa lista a pesar de que el presidente había pospuesto la activación de sus tarifas hasta la fecha de hoy.
Su silencio sobre los países vecinos y también la no mención de la Rusia de Putin siembran dudas. Algunos analistas hablan de capitulación. Pero Trump, en cualquier caso, ha anunciado que todos los países que quieran vender en Estados Unidos tendrán un arancel base del 10% para casi todos sus productos. Así que ese 10% se puede interpretar como el gesto más amable a esperar de la Casa Blanca con socios y adversarios, ya sea para la Argentina de Milei, la Ucrania de Zelenski o el Irán de los ayatolás.
"Acuérdense son aranceles de ida y vuelta. Amables. Y quien se queje porque los precios de sus productos suben, la respuesta es que traigan la producción a Estados Unidos y de esa manera no pagarán ni un centavo de más", ha justificado, respondiendo indirectamente a los economistas que llevan semanas advirtiendo del repunte inflacionario que puede experimentar el país por culpa de los aranceles.
Los demócratas, por su parte, han prometido hacer de la lucha contra esta "guerra comercial absurda, loca y caótica" su principal objetivo en la oposición.
"Vamos a luchar contra estos aranceles con uñas y dientes. Trump ha hecho muchas cosas malas. Esta está muy arriba (…). Saben que son un aumento de impuestos para el pueblo estadounidense", replicó el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer.
"Economista de la calle"
Consciente del electorado al que diría este mensaje patriótico y proteccionista, la Casa Blanca sentó junto al gabinete presidencial a obreros con chalecos y cascos de obra. Uno de ellos, Brian Pannebecker, subió al estrado tras ser presentado como un "economista de la calle" por el propio Trump.
"Yo pensé que Ronald Reagan sería el mejor presidente de la historia hasta que llegó Trump. Toda mi vida he visto cómo se cerraba fábrica tras fábrica en Detroit, quedando prácticamente desiertas, pero gracias a este presidente llegará nueva la inversión", celebró Pannebecker, fundador del sindicato Auto Workers for Trump y procedente de una ciudad (Detroit) emblema del declive económico y de la deslocalización industrial del "cinturón de óxido" estadounidense.
La industria automovilística será, precisamente, la primera en experimentar las tarifas. Este jueves, el Gobierno federal de Estados Unidos activará los gravámenes del 25% sobre todas las importaciones de automóviles con el fin de proteger una producción nacional que, sin embargo, depende de piezas fabricadas en el extranjero sobre las que, de acuerdo con la hoja de ruta inicial, también se aplicarán las mismas tarifas de forma gradual.
Otrora principal fuente de ingresos del Gobierno de Estados Unidos, los aranceles representaron el pasado año menos del 3% de los ingresos federales, según el análisis del Banco de la Reserva Federal de Saint Louis.
Trump celebró que los aranceles serán una fuente de recaudación para el Gobierno, lo cual entra en contradicción con intención de bajar los precios a los consumidores y potenciar la producción nacional.
Las únicas nuevas tarifas que habían entrado en vigor hasta ahora eran las del 25% a las importaciones de acero y aluminio; y un 10% adicional sobre todas las importaciones chinas —ya gravadas con anterioridad— y que Trump duplicó recientemente al 20% para responder al contraataque de Pekín, que impuso tarifas del 15% a exportaciones estadounidenses de productos agrícolas, carbón y gas natural licuado.
Es el nivel arancelario más alto en Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial, de acuerdo con el Laboratorio de Presupuesto de la Universidad de Yale. Unos estándares que, según las proyecciones del semanario The Economist, provocarán que la economía estadounidense crezca a un ritmo inferior al que lo hace ahora, generando mayor inflación y desigualdad y, probablemente, una serie de problemas fiscales.