
Cristóbal Domínguez
"Las palabras secuestraron tus ojos": la luz violenta del poeta Cristóbal Domínguez en 'Una postal color sepia'
El nuevo libro del escritor gaditano es una indagación detenida y llena de sensorialidad en los orígenes, las raíces de la herencia familiar.
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Este nuevo libro de Cristóbal Domínguez Durán (Vejer de la Frontera, Cádiz, 1993) –que sigue a Nadie nos cuida en el sueño (2022), del que guardo un gran recuerdo– se articula como una indagación detenida y llena de sensorialidad en los orígenes, las raíces de la herencia familiar.

Una postal color sepia
Cristóbal Domínguez Durán
RIL, 2025
60 páginas. 13,30 €
Sus tres secciones –"Imagen", "Violencia", "Historia"– establecen a las claras una relación dialéctica por la cual el espacio estático de la imagen echa a andar y se puebla de tiempo, se vuelve relato, cuando irrumpe en ella el tajo de la violencia ("la conciencia del ahogo", "la voluntad de desaparecer").
Todo empieza con una "fotografía, escrita / por el envés como una postal", y a partir de ahí la imaginación y la conciencia construyen una historia que Domínguez Durán va desgranando en forma de viñetas envueltas por la luz del sur atlántico, la luz de una infancia que es también la de sus padres.
Contribuye a ello el uso del tú dialógico: el poeta habla consigo mismo, sí, pero también se dirige a su madre, habla con ella, evocando esos recuerdos que dan la medida de una vida. Y así, la memoria de los pequeños milagros y prodigios domésticos convive con la huella de la pobreza y el miedo ("la pobreza es una tachadura en la mirada").
El tajo inicial llega con el lenguaje. Hay un antes y un después del instante en que "las palabras secuestraron tus ojos" y "el miedo se posó un día en tu corazón".
Por el camino, los poemas nos acercan una escritura a la vez intensa y controlada, capaz de evocar el pasado con imágenes incisivas y meditar sobre él con sequedad taciturna, casi aforística. El tributo a la madre se convierte en elegía –en "planto", se dice– a la desaparición del Deseo, convertido en un personaje más del conjunto: "no has podido encontrar / tus ojos de niña". Y la poesía vuelve para hacer justicia.