
Fernando Aramburu
Fernando Aramburu: "España no es un país. Es una comunidad de vecinos que habla a gritos y duerme poco"
Casi diez años después del éxito de su libro de relatos 'Los peces de la amargura', el escritor vuelve al género con 'Hombre caído', una recopilación marcada por el dolor de existir.
Más información: Ray Loriga publica 'TIM': "De rebelde nada, me tiro el día escribiendo, poco rock 'n' roll"
¿Qué libro está leyendo?
Me limitaba a amarte de Rosella Postorino.
¿Cuál es el libro que más le ha 'autoayudado'?
Leí El hombre rebelde de Camus cuando mi rebeldía juvenil carecía de fundamento moral.
Si no hubiera podido dedicarse a la escritura, ¿qué hubiera querido ser?
Quizá compositor.
Un acontecimiento histórico que le habría gustado vivir in situ. ¿Por qué?
Me habría gustado embarcarme en una de las naves de Cortés, no tanto por combatir como por ver de cerca todo aquello e intimar con Bernal Díaz del Castillo.
Vuelve al relato con Hombre caído: ¿no cree que algunos de los cuentos podrían haber sido el germen de una novela de envergadura?
No lo creo. La novela se cuece con otras levaduras.
¿Por qué este libro de cuentos, y por qué ahora?
Los cuentos fueron escritos en el curso de varios años. Se publican ahora por decisión editorial.
Uno de los relatos narra la historia de una hija que se dedica a fotografiar a las ardillas del parque en lugar de cuidar de sus padres enfermos. ¿Qué es lo más duro de esa dedicación constante? Y sobre todo, ¿quién cuida al cuidador?
Ese cuento plantea similares interrogantes. Delego en los lectores la respuesta.
"La tercera mano" es la historia de una venganza. ¿Alguna vez ha imaginado vengarse de alguien que hubiera herido a uno de los suyos?
Yo imagino muchas cosas, algunas nada edificantes, pero me abstengo de llevarlas a cabo.
¿Cuál le parece la venganza más literaria?
El ejercicio público de la alegría.
¿Qué cree que predomina en la realidad, lo absurdo, lo cruel, lo asombroso, lo inesperado, lo surrealista, lo divertido?
Todo eso y más, como cabe esperar de un lugar abarrotado de gente.
¿Realmente olvida sus libros tres días después de llegar a las librerías?
Sí. Es como retirar los platos de la mesa para colocar a continuación los del siguiente banquete.
Un disco/canción que se ponga en bucle estos días.
Put the Blame on Mame. Volví a ver hace poco Gilda y no me quito la canción de la cabeza.
¿Cuál es la serie que ha devorado más rápido? ¿Diría, por cierto, que es la mejor que ha visto? ¿O es otra?
Lo siento, pero vivo desapegado de las series.
¿En qué película se quedaría a vivir y en cuál no aguantaría ni un minuto?
Lo pasaría bien en el pueblo de Amanece que no es poco (José Luis Cuerda) y preferiría no pernoctar en el hotel de Psicosis (Alfred Hitchcock).
¿Ha experimentado alguna vez síndrome Stendhal?
No valgo para síndromes. A veces siento un cosquilleo grato y eso es todo.
No se muerda la lengua, díganos algo que ya no soporte del mundillo cultural.
No tengo nada en contra ni a favor del mundillo cultural.
Una obra sobrevalorada.
Jamás entraré en tales juicios.
Un placer cultural culpable.
Nada que me ayude a mejorar y formarme me suscita sensación de culpa.
¿Cuál es la última exposición a la que ha ido?
A una en Berlín de Pablo Benzo.
¿La inteligencia artificial matará la creación artística?
Yo que, por edad, me considero a salvo, pagaría por ver de cerca ese espectáculo.
España es un país…
España no es un país. Es una comunidad de vecinos que habla a gritos y duerme poco.