
La ministra de Defensa, Margarita Robles saluda a su llegada a la base militar 'El Goloso'.
Defensa negocia ya con el resto de ministerios qué partidas se pueden hacer pasar por gasto militar para llegar al 2% del PIB
El departamento que dirige Margarita Robles está en contacto con la OTAN para cerrar qué conceptos que no sean estrictamente militares se pueden adaptar a su contabilidad.
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España se está poniendo las pilas para cumplir con el compromiso de dedicar una cantidad equivalente al 2% del PIB a Defensa tal y como exige la OTAN. Más allá de los plazos que se manejen para cumplir esta reclamación, el Ministerio de Defensa ya está negociando con el resto de los departamentos qué partidas que no sean estrictamente gasto militar pueden pasar a considerarse como tal.
Así, estos trabajos están siendo liderados por el departamento que dirige Margarita Robles, que colabora especialmente con ministerios como Interior, Industria, Transición Ecológica y Transformación Digital.
Así lo indican fuentes del Gobierno, que apuntan a que debe ser Defensa el que lleve la voz cantante en este asunto. Hacienda y Economía controlan la contabilidad presupuestaria, pero no conocen qué se podría asumir dentro de la métrica de la OTAN.
Para ello, además de con los ministerios, el departamento de Margarita Robles tiene línea directa con la propia OTAN, de manera que los contables de la Alianza Atlántica confirmen que España está calificando correctamente el gasto en Defensa.
Las fuentes citadas admiten que ninguno de los gobiernos presididos por Pedro Sánchez se había planteado, hasta ahora, rastrear otras partidas que se pudieran considerar gasto militar a ojos de la OTAN más allá de los fondos del propio Ministerio de Defensa.
¿Qué se puede considerar gasto en Defensa además de lo estrictamente militar? Sobre todo las tecnologías de doble uso o duales, como todo lo relacionado con la ciberseguridad.
En este caso se trata de unas políticas que, en buena medida, son cosa del Instituto Nacional de Ciberseguridad, que depende del Ministerio de Transformación Digital y Función Pública. Pero no de Defensa.
Estas fuentes indican que, durante la búsqueda de partidas que se ajusten a la métrica OTAN, ya se ha identificado un total de gasto en Defensa equivalente al 1,43% del PIB.
La labor de coordinación y liderazgo del Ministerio de Defensa en esta cuestión no se va a cerrar en identificar las partidas. Este rol también se va a mantener a la hora de identificar las futuras inversiones que serán necesarias para llegar al 2% del PIB que exige la OTAN. Y también durante el reforzamiento de la industria de la Defensa que exige, también, Bruselas.
Para ello, el departamento de Robles ya está contactando con los diferentes ministerios para conocer necesidades y oportunidades en los sectores en los que operan.
Obviamente, para todo esto va a hacer falta una ingente financiación adicional. Algo que, con Presupuestos Generales del Estado prorrogados, no es sencillo. En este sentido, el Gobierno está revisando partida por partida posibles remanentes sin ejecutar para ver qué se puede destinar a Defensa.
Pero hay más. El cierre del déficit público de 2024 fue mejor de los esperado. El Gobierno preveía un 3% del PIB que, finalmente, se ha quedado en el 2,8%.
Dos décimas de PIB de flexibilidad fiscal que, tal y como indicó María Jesús Montero, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, se podrán dedicar a "otras políticas", entre las que están las de Defensa.
Hablamos de unos 3.200 millones de euros. Sin embargo, durante la rueda de prensa que protagonizó este jueves para presentar la ejecución presupuestaria de 2024, Montero señaló que la cláusula de escape de las reglas fiscales que propone Bruselas para incrementar el gasto en defensa "es importantísima" para el Gobierno.
"Lo más importante es que Defensa no compute, porque si no, evidentemente, compite con el gasto social", enfatizó Montero. Para evitar tomar medidas como las de Reino Unido (donde se ha rebajado el gasto social para dedicarlo a Defensa), la cláusula de escape europea y que estas inversiones no computen en el déficit público es fundamental.
Eso sí, por ahora no hay planes sobre en qué medida va a recurrir el Gobierno a ella. Montero espera tener más información para finales de abril sobre las condiciones de la cláusula.
Montero también aclaraba que el Ejecutivo recurrirá a todos los fondos que facilite la Comisión Europea, además de las facilidades de financiación que oferten el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Banco Central Europeo (BCE).
Sin embargo, el Ejecutivo rechaza que los fondos Feder o de cohesión se empleen para gasto militar. "Entiende que es prioritario destinarlos a la convergencia y a la cohesión antes que a la política de defensa", defendió Montero.