
Naranjos en el centro de Sevilla Sevilla
El truco para no desperdiciar el fruto más abundante de Sevilla: cuatro recetas para aprovechar la naranja amarga
Hacer uso de este fruto en la cocina es una manera de rendir homenaje al paisaje urbano de Sevilla.
Más información: Esta es la torrija más antigua de Sevilla: desde mediados del siglo XX endulzando la Cuaresma sin cambiar de receta
Sevilla, la ciudad que florece con el azahar en primavera, está plagada de un tesoro que, aunque muchos no lo aprovechan en su justa medida, tiene un potencial gastronómico indiscutible: la naranja agria.
Los naranjos amargos, que adornan calles, plazas y patios sevillanos, no solo aportan belleza y aroma a la ciudad, sino que también ofrecen un fruto que esconde un mundo de posibilidades culinarias.
Aunque su sabor ácido y amargo puede parecer un obstáculo para algunos, la verdad es que la naranja agria se convierte en un ingrediente esencial en muchas recetas tradicionales de Andalucía.
Su característico toque ácido no solo equilibra los sabores dulces y salados, sino que también aporta frescura e intensidad a numerosos platos que forman parte del recetario popular.
Aprovechar este fruto en la cocina es una manera de rendir homenaje al paisaje urbano de Sevilla, convirtiendo lo que muchos consideran un fruto desaprovechado en una joya gastronómica.
A continuación, proponemos cuatro recetas en las que la naranja agria se convierte en la protagonista indiscutible: desde platos principales hasta postres llenos de personalidad y carácter.
Ensalada de bacalao
Este plato es una ensalada tradicional de origen andaluz que combina el sabor salado del bacalao con el toque ácido y fresco de la naranja agria. Es un plato sencillo pero lleno de matices, ideal para abrir el apetito o acompañar otros platos típicos.
Para su elaboración, se desmenuza el bacalao previamente desalado y se mezcla con rodajas de naranja agria peladas a lo vivo, es decir, sin restos de piel blanca. Se añaden tiras finas de cebolleta y unas aceitunas negras que aportan contraste de sabor y color.
El aderezo se prepara con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, sal y un ligero toque de pimienta. Para finalizar, se adorna la ensalada con rodajas de huevo cocido que equilibran la acidez del plato.
Lomo de cerdo
Este plato conjuga la jugosidad del lomo de cerdo con el intenso sabor de la naranja agria, creando una salsa melosa y ligeramente ácida que envuelve cada bocado. Perfecto para una comida familiar o una ocasión especial.
El lomo se dora primero en una sartén con un chorrito de aceite para sellar los jugos y mantenerlo tierno. Posteriormente, se prepara una mezcla con zumo y ralladura de naranja agria, ajo picado, un vaso de vino blanco y una cucharada de miel, que aportará un matiz dulce que contrasta a la perfección.
Esta mezcla se vierte sobre el lomo en una fuente de horno, añadiendo una ramita de romero que potencia el aroma. Tras asarlo durante 45 minutos a 180 grados, el resultado es un lomo tierno y sabroso, con una salsa brillante y fragante que invita a mojar pan.
Torrijas
Las torrijas son el postre por excelencia de la Semana Santa en Sevilla, pero en esta versión especial se enriquecen con el peculiar almíbar de naranja agria que les otorga un sabor único y profundamente aromático.
El pan, preferiblemente del día anterior, se empapa en una mezcla de leche infusionada con canela y azúcar. Tras escurrir ligeramente, se pasa por huevo batido y se fríe en abundante aceite caliente hasta dorarlas por ambos lados.
El toque distintivo llega con el almíbar de naranja agria, preparado reduciendo el zumo con azúcar hasta obtener una textura melosa. Una vez listas, las torrijas se bañan generosamente en este almíbar, aportando frescura y un contraste inigualable de sabores.
Flan
El flan de naranja agria es un postre sorprendente que combina la cremosidad del flan tradicional con el frescor y la ligera acidez de la fruta. Ideal para culminar cualquier comida con un toque refrescante.
Se prepara caramelizando azúcar en el fondo de un molde, mientras en un bol se baten los huevos con azúcar, leche y zumo de naranja agria.
Esta mezcla se vierte sobre el caramelo y se cocina al baño maría en el horno durante aproximadamente 45 minutos. Una vez enfriado y desmoldado, el flan revela una textura suave y sedosa con un sutil sabor cítrico que lo hace irresistible.