Proceso industrial en una fábrica

Proceso industrial en una fábrica Invertia

Opinión

¿Está Europa preparada para una transición industrial liderada? ¿y sus pymes?

Gerard García
Publicada

Europa ha vivido una profunda transformación económica en las últimas décadas, pasando de ser un modelo industrial robusto a una economía de servicios cada vez más dependiente de las cadenas de suministro globales.

Esta evolución ha dejado al continente vulnerable frente a crisis globales, como la pandemia o el conflicto entre Rusia y Ucrania, y ha generado un desafío más amplio: la necesidad de reconstruir una base industrial sólida para garantizar la competitividad y sostenibilidad a largo plazo.

En un momento en que la transición energética acapara la atención pública y política, emerge una cuestión aún más crucial: la transición industrial. Este proceso, que va más allá de la descarbonización, implica una transformación profunda del modelo productivo europeo para recuperar el protagonismo de la industria como base económica y estratégica clave para el futuro de Europa.

La industria no es un vestigio del pasado, es el futuro. Y ese futuro solo será posible si apostamos de manera firme por nuestras pymes.

Las pymes, que representan el 99% del tejido empresarial europeo, según fuentes oficiales del Parlamento Europeo, son auténticos motores de innovación y flexibilidad. En campos emergentes como el hidrógeno verde, las energías renovables, la economía circular o las tecnologías digitales, estas empresas ya están desarrollando soluciones que tienen el potencial de liderar el cambio. Sin embargo, también son las que enfrentan mayores barreras como una burocracia excesiva, falta de acceso a financiación y dificultades para escalar e internacionalizarse.

Aunque el debate actual gira principalmente en torno a la transición energética es fundamental entender que, sin una base industrial sólida, no podremos construir una economía sostenible a largo plazo. Para que Europa recupere su liderazgo, debemos cambiar el foco hacia políticas que favorezcan la inversión en las pymes industriales. Estas no son sólo el eslabón más importante del tejido empresarial, sino también el más adaptable a las necesidades de un mercado global en constante cambio.

Una de las claves para impulsar esta transición industrial radica en fomentar la colaboración entre pymes y grandes corporaciones. Modelos de integración, como el que algunas empresas energéticas están aplicando con startups tecnológicas, demuestran que estas alianzas pueden ser beneficiosas para ambas partes. Las grandes compañías obtienen acceso a soluciones innovadoras y a talento, mientras que las pymes se benefician de recursos, acceso a nuevos mercados y visibilidad.

Asimismo, es crucial que las pymes sean consideradas atractivas para la inversión privada. Actualmente, el capital privado desempeña un papel decisivo en el crecimiento de estas empresas, ayudándolas a escalar y a competir en mercados internacionales. La creación de ecosistemas financieros que faciliten el acceso de financiación a este tipo de compañías no es solo una necesidad económica; es una estrategia para garantizar que Europa siga siendo competitiva en un escenario global, especialmente frente al desafío de avanzar en la descarbonización de la economía y cumplir con los objetivos de transición energética.

Para que esta visión se materialice, Europa debe adoptar un enfoque pragmático y orientado a resultados. Las políticas públicas deben priorizar la reducción de barreras regulatorias y fomentar un entorno favorable para el emprendimiento industrial. Esto incluye simplificar procesos administrativos, diseñar incentivos fiscales efectivos y garantizar que los fondos europeos lleguen a quienes realmente los necesitan. Además, Europa debe aprender a comunicarse de manera más clara y realista.

La imposición de objetivos aspiracionales desconectados de la realidad de cada país no solo desincentiva a las empresas, sino que también erosiona la credibilidad de las instituciones ante los mercados internacionales. En lugar de promesas vagas, es necesario aplicar medidas concretas que aborden las necesidades del presente.

La transición energética, sin una base industrial sólida, no se podrá construir en una economía sostenible a largo plazo

La transición industrial es el desafío estratégico más importante al que se enfrenta Europa en las próximas décadas. Modernizar nuestras fábricas o reducir nuestras emisiones no es suficiente, es necesario construir un modelo económico más inclusivo, sostenible y competitivo.

En este camino, las pymes tienen un papel fundamental. Son las que pueden liderar la innovación en sectores clave, las que tienen la capacidad de adaptarse rápidamente a las nuevas demandas del mercado y las que pueden hacer que Europa recupere su lugar como potencia industrial.

Pero para que esto ocurra, debemos cambiar nuestra mentalidad. La industria no es un vestigio del pasado, es el futuro. Y ese futuro solo será posible si apostamos de manera firme por nuestras pymes.

*** Gerard García, Fundador y CEO de Deale