La presidenta del BCE, Christine Lagarde, conversa con el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, durante la reunión de este lunes en Bruselas

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, conversa con el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, durante la reunión de este lunes en Bruselas Unión Europea

Bancos centrales

El freno de la inflación en la UE permite al BCE bajar tipos esta semana pese al golpe de Ucrania y los aranceles de Trump

El recorte al 2,5% se da por descontado pero todos los analistas advierten que esta será la última reunión "fácil" del BCE ante la incertidubre que sobrevuela la economía europea.

Más información: La inflación de la eurozona bajó una décima en febrero hasta situarse en el 2,4%

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El giro moderado a la baja que ha dado la inflación en la eurozona en febrero al 2,4%, tras cuatro meses de subidas consecutivas, deja abierta la puerta a una rebaja de los tipos de interés del BCE este jueves de 0,25 puntos, pese al temor que hay en Europa por el impacto del enfrentamiento económico y comercial con EEUU y las voces internas de los 'halcones' de la institución, que han planteado un freno en la senda a la baja del precio del dinero en la UE. 

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, dejó entrever en la última reunión del BCE una siguiente rebaja de "un cuartillo" para este jueves, si bien en el último mes se ha recrudecido de forma importante la amenaza de Trump para imponer unos aranceles generalizados a Europa, a lo que se añade el enfrentamiento sobre el apoyo a Ucrania y el coste que puede suponer para las arcas de los Veintisiete una salida del dinero de EEUU que llega a Kiev y el aumento de los presupuestos para defensa.

Este contexto hace que la situación en los mercados no sólo se vaya a interpretar en clave de más o menos crecimiento de la zona euro, sino en un mensaje de confianza del BCE en el devenir de una economía europea muy debilitada por la crisis de sus principales locomotoras, Alemania y Francia, y la presión de Trump. Una "pausa" en las bajadas de tipos -van cinco recortes consecutivos desde junio pasado- demasiado temprana puede ser interpretada por los mercados como un mensaje de alerta del BCE muy preocupante. 

Es por ello que la mayor parte de las agencias de análisis e inversión dan por descontada la rebaja de este jueves en un cuarto de punto, para dejar los tipos oficiales en el 2,5%, dentro de la senda que el propio BCE se ha marcado y que apunta al 2% a final de año. Donde se genera toda la incertidumbre es en el camino hasta llegar a ese nivel mínimo, ante la incertidumbre que generan los aranceles de Trump en sectores europeos básicos, como la automoción, la siderurgia o el agroalimentario.

En pleno debate interno en el BCE, gestores como Germán García Mellado, de A&G Global Investors, son conscientes de que "la bajada de esta semana puede que sea la última en la que se produzca consenso entre los miembros del Consejo de Gobierno del BCE". A su entender, "el posible alto el fuego en Ucrania, el incremento del gasto en defensa de los países de la eurozona y una inflación de servicios que no acaba de estar en niveles confortables para el BCE no dejan de ser elementos de incertidumbre adicional que marcarán el camino en la política monetaria en los próximos meses".

En esa misma línea, Gilles Moëc, economista jefe en AXA IM, advierte de que el BCE no puede ignorar las cuestiones a más largo plazo que plantea la nueva configuración geopolítica. "Aumentar el gasto en defensa es ahora obvio para todos los Estados miembros y probablemente irá en contra de cualquier ajuste fiscal significativo en la zona euro en un futuro previsible. A primera vista, esto debería hacer al BCE más cauto a la hora de recortar los tipos más allá del nivel neutral".

Rubén Segura-Cayuela, economista jefe para Europa de Bank of America, también cree que esta será la última reunión "fácil" del consejo del BCE, si bien se muestra seguro de que en las reuniones de junio y septiembre se cumplirán las perspectivas de bajada al entorno incluso del 1,5%, aunque si "la incertidumbre sobre los aranceles o los propios aranceles crean un mayor riesgo a la baja para las perspectivas, podríamos acabar viendo un ciclo de recortes más rápido y profundo".

En la reunión del jueves también se renuevan las previsiones maroeconómicas de la eurozona, si bien desde el mercado se esperan pocos cambios más allá de una rebaja de una décima en el crecimiento para este año, al 0,9%, a la vista de que la inflación del sector servicios sigue alta.

Otra cosa es que el BCE se atreva a incluir en su informe o en la rueda de prensa posterior de Lagarde una mención a lo complicado de la situación geopolítica y su impacto en la economía. Annalisa Piazza, analista de MFS Investment Management, advierte deque "en todo caso, el BCE podría señalar que la situación actual es extremadamente incierta y que ya está teniendo un impacto en el sentimiento, lo que, en términos generales, aumenta el riesgo de que la recuperación de la demanda se retrase aún más".