Patrick Mahomes bloqueado por Jalen Carter durante el Super Bowl LIX

Patrick Mahomes bloqueado por Jalen Carter durante el Super Bowl LIX Reuters

América Tech Desde la otra orilla

Super Bowl y sector 'tech', una relación fructífera

Miami (EEUU)
Publicada

1984 no volverá a ser como 1984, un anuncio que era cine puro. Apple contrataba a Ridley Scott para hacer su comercial de la Super Bowl y marcar un hito tanto en la publicidad, en general, como en la tecnología.

Steve Jobs supo llevar el ordenador del ámbito profesional al personal. Lo convirtió en un bien de consumo. Lo que tanto deseaba la industria pero no terminaban de dar con la tecla. Pasan los años y el anuncio puede verse casi como un minidocumental, como un ejemplo de cómo supo tocar la tecla y trascender diferentes ámbitos además de colocar un mensaje que sigue siendo el pilar de los valores que distinguen la marca.

40 años después, ahí sigue el gran evento que une deporte y entretenimiento como el gran escaparate. El pasado domingo los ojos, cada vez más globales, estuvieron tanto en los lances del partido, como en el descanso con exaltación de esta forma de ver el mundo y la cultura que tiene Estados Unidos. Se estima que los 30 segundos de publicidad se pagan a 7 millones de dólares. Y sale a cuenta.

No se queda solo en esos 30 segundos, sino que se pasa a la lista de las empresas que, al menos una vez, estuvieron ahí. Eso, sin hablar de cómo las redes amplian y maximizan. Más soportes: YouTube, Instagram, X-Twitter y TikTok (mientras siga abierto o lo que quiera o quieran que pase).

A esto se le suma la gran cantidad de análisis a posteriori. Una especie de estela digital que potencia la teoría del long tail que Chris Anderson publicó en los comienzos de la segunda era de Internet.

Un apagón, una oportunidad

En 2013 se fue la luz en pleno descanso. Lo que era una desgracia en términos televisivos clásico, se convirtió en un filón creativo. Si hubo una empresa capaz de maximizar su impacto fue Oreo, jugando con el efecto eclipse, tirando de agudeza al mojar galletas en leche, blanco y negro, luz y oscuridad…

Así también es como el marketing de guerrilla se ha colado en esta ceremonia planetaria. Buscando colarse en la conversación paralela, en la segunda pantalla. El mundo transmedia muestra su poder.

La Super Bowl se sigue viendo con amigos, en grupo, en pantalla grande, pero se vive y se comenta en la pantalla pequeñita, la que va siempre con uno, en el móvil o la tablet cuando se vive desde el salón de casa.

Si a la fuerza de las tendencias y los vetustos hashtags les sumamos la viralidad de los memes y el poder del SEO, tengo el cocktail perfecto para conseguir más visibilidad.

Llegada directa al consumidor y mejora del juego

Este escaparate global consigue popularizar usos, intentar que, por ejemplo, preguntar a Google hablando parezca normal. El “OK, Google” que ya es común, pasó por ese codiciado y cotizado descanso que, si fuese por la tv, les encantaría que durase el doble.

La AI es la última en sumarse a la fiesta. No solo en forma de análisis de jugadas, de estadísticas, que es algo que lleva tiempo en uso, sino sobre todo para difuminar dudas en lances del juego cuyo resultado se presta a polémicas.

AWS (Amazon Web Services) la nueve de Amazon, ha sido la encargada de las Next Gen Stats, o estadísticas avanzadas que incluso se atraveían a predecir cómo serían las jugadas defensivas.

Pero si un sector ha terminado de posicionarse al frente es el biotech. Desde Pfizer, que quiere pivotar del COVID y las vacunas a experto en tratamientos oncológicos al consorcio dedicado a promover las carreras STEM, que se aliaron con Open AI para que los jóvenes opten por este futuro laboral.

Lo que parece un gran evento deportivo es, en realidad, un difusor de costumbres y consumo de Estados Unidos con ánimo de crisol global.