
Mayra Gómez Kemp en una fotografía tomada hace unos años. Gtres
La casa de Mayra Gómez Kemp, desalojada cinco meses después de su muerte: el motivo y la intención de sus hijastras
Según confirma EL ESPAÑOL, Roxana y Viviana, las hijas de Alberto Berco, están valorando vender o alquilar el inmueble en que murió la artista.
Más información: La difícil relación de Mayra Gómez Kemp con su hermana, Georgina: el testamento y el gran cariño por su portero
Cinco meses es el tiempo que ha transcurrido desde que perdió la vida una de las grandes presentadoras de la televisión española, Mayra Gómez Kemp. Fue el 13 de octubre de 2024 el día en que la comunicadora fue hallada sin vida en su casa de Madrid. La artista pereció a los 76 años.
Vivía sola y, según relató entonces una de sus hijastras, Roxana, la artista se cayó en casa. "Sabemos que se cayó, se golpeó y que eso fue la causa de la muerte, pero no tenemos lujo de detalles", manifestó una de las hijas del esposo de Mayra, el actor argentino Alberto Berco.
No se refería Roxana al percance doméstico que, días antes de morir, sufrió Gómez Kemp y por el que estuvo cerca de 20 horas tirada en el suelo de su casa sin ser atendida. De aquel revés se repuso y fue dada de alta. Pero el destino, fatal, le tenía a la presentadora del espacio Un, dos, tres... un nuevo e irreversible final.

Mayra Gómez Kemp en un acto social en Madrid, en 2012. Gtres
Tras aquel deceso, mucho se ha hablado de la figura de Mayra Gómez Kemp. Se departió sobre sus últimos años y, también, sobre su testamento. Cinco meses después, EL ESPAÑOL corrobora importantes novedades sobre la casa donde vivió Gómez Kemp, tras el avance emitido por Tardear, en Telecinco.
Según cuentan a este diario, las hijastras de Mayra están "vaciando" el que fue su hogar. En realidad, de acuerdo a la información que controla este periódico, las hijas del viudo de la presentadora, Alberto Berco, llevan varios días al frente de esta operación. La intención de las que fueron como unas hijas para la comunicadora es "darle salida" al inmueble.

Roxana Berco, hijastra de Mayra, atendiendo a la prensa a las puertas de su tanatorio. Gtres
Sobre la mesa está la posibilidad de alquilar o vender la vivienda, un dúplex de más de 150 metros cuadrados. Todavía no han tomado Roxana y Viviana ninguna decisión. Están valorando y barajando opciones. "Están hablando con varias inmobiliarias", informa alguien próximo a la familia.
Se detalla que no están llevando a cabo nada que la propia Mayra no dejara dictado. Este extremo, se confía, preocupa a las hijastras de la presentadora, pues no quieren, bajo ningún concepto, que nadie entienda que se están extralimitando o aprovechando de la malograda Mayra y de sus bienes.

Mayra Gómez Kemp, sonriente, posando ante la cámara. Gtres
Están siguiendo, pues, "a rajatabla" la última voluntad de Mayra. Tenía Gómez Kemp una hermana, Georgina, pero este encargo supo en quién depositarlo. En otro orden de cosas, una de las fuentes con las que se contacta explica que la también actriz hispanocubana ya entregó en vida objetos y joyas de valor, sobre todo sentimental: "Fue muy generosa y se portó muy bien".
Mayra, además, fue una mujer -sobre todo, en su último tramo- muy austera en su forma de vivir; no necesitaba grandes lujos. Tampoco vivió nunca en abundancia. Ahora, cinco meses después de su muerte, sus hijastras se están deshaciendo de esos enseres "en los que uno no echa cuenta, porque no suponen nada en tu vida".
Muebles y demás utensilios que bien se pueden vender en tiendas de segunda mano. Unas líneas merece la relación entre Mayra y sus niñas, como ella las llamaba: Roxana y Viviana.
Sabido es que la comunidadora no tuvo hijos, pero halló en la descendencia de su marido a las personas que la trataron y cuidaron como si fuera su madre. Mayra ejerció ese papel de progenitora. No sólo esto, también hizo las veces de abuela cuando llegaron los nietos.
"Era locura con los pequeños cada vez que iba a Buenos Aires", se confió a EL ESPAÑOL hace un tiempo. "Mayra era feliz y estaba llena con Roxana y Viviana. Hablaban mucho y Viviana estuvo en Madrid semanas antes de morir". La también actriz y cantante tenía a muchas personas que la querían.
No pasaba un día sin que su teléfono sonara; los amigos siempre contaban con ella para visitarla o salir a comer. "Otra cosa es que ella se encerrara en sí misma y ya no quisiera ver a nadie. Cayó en un pozo oscuro, como en depresión, con la muerte de Alberto. Tuvo picos y momentos buenos, pero nunca se repuso de la muerte de Alberto", se aseveró.
Mayra tocó fondo a nivel anímico y la caída doméstica que la llevó al hospital mermó sobremanera su estado. Pocas personas conocen que la artista tenía una hermana, Georgina, dos años mayor que ella, afincada en Estados Unidos. EL ESPAÑOL conoció, meses atrás, que la relación entre las hermanas era cordial en los últimos meses.
Tanto que Mayra "miró billetes en verano" para visitar a su hermana la pasada Navidad. Eso sí, esa cordialidad no siempre fue tal. "El año pasado tuvieron una pelea, un desacuerdo", se sostuvo a EL ESPAÑOL. Fue la relación entre hermanas algo interminente, pero, afortunadamente, primó siempre el cariño y el amor.