
Imagen de archivo de una macrogranja. Servimedia
España duplica la media europea de antibióticos en animales: por qué el cambio climático impide su reducción
Nuestro país es el tercero de Europa con más ventas de antimicrobianos por biomasa ganadera aún tras reducir su consumo un 69,5% desde 2014.
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En la Unión Europea se vendieron 4.312 toneladas de antimicrobianos en 2023, unos 45,1 miligramos por cada kilo de biomasa animal (tanto de ganadería como domésticos). España multiplicó esa cantidad por dos, hasta los 87,9 miligramos, y es el tercer país de Europa con la mayor cifra.
Nuestro país es el tercer mayor productor ganadero de la UE, tras Francia y Alemania. Por tanto, no es de extrañar que le correspondan el 27,2% de los antimicrobianos (que incluye no solo antibióticos sino también antiprotozoarios o antifúngicos) adquiridos: 1.175 toneladas, casi el doble que el siguiente país con mayor ventas, Polonia, con 688 toneladas.
Los datos, recopilados por la Agencia Europea del Medicamento, sitúan a Francia y Alemania muy por detrás de esas cantidades, pues solo alcanzaron 254 y 520 toneladas, respectivamente, lo que supusieron 16,2 y 37,4 miligramos por kilo.
El mal uso o abuso de estos medicamentos —tanto en personas como en animales— ha propiciado la aparición de bacterias resistentes a los mismos, por lo que la Comisión Europea declaró este problema como uno de los tres prioritarios para la salud humana en 2022.
Para prevenir el incremento de estas cepas, España puso en marcha el Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos en 2014. Desde entonces, ha reducido la cantidad utilizada en sanidad animal un 69,5%, la mayor reducción del continente.
Esta disminución ha sido mayor aún en los llamados antibióticos de importancia crítica, aquellos cuyo uso debe restringirse con el objetivo de mitigar el riesgo para la salud humana. Aquí la reducción ha sido del 91,5%.
Sin embargo, el uso de antibióticos veterinarios en nuestro país sigue estando muy por encima de la media europea, aunque esta afirmación hay que ponerla en contexto, señala Álvaro Mateos, presidente del Colegio de Veterinarios de Vizcaya y vocal del Consejo General de la Profesión Veterinaria de España.
"Lo primero que hay que decir es que la venta de antibióticos no implica que se consuman aquí", apunta. "Los datos hay que analizarlos desde muchos prismas: por ejemplo, somos primer productor europeo de ganado porcino, pero es que no solo nos dedicamos al engorde sino también a la cría, y esto implica unas necesidades distintas".
Por otro lado, la ubicación de nuestro país —entre África y el norte de Europa— lo hace más vulnerable a ciertos vectores de enfermedades, como mosquitos y garrapatas, algo que, con el cambio climático, ha supuesto un gran impacto en las explotaciones ganaderas.
"Estamos viendo que la explosión de vectores de todo tipo, por los años de sequía, ha hecho que se distribuyan por zonas donde antes no estaban. Garrapatas que solo estaban en Andalucía o, en raras ocasiones, Castilla y León ahora han aparecido en Asturias o País Vasco".
También han entrado nuevas enfermedades, como la enfermedad hemorrágica epizoótica, que afecta sobre todo al ganado vacuno. Su presencia se confirmó por primera vez en España a finales de 2022 y, de los 247 focos notificados en toda Europa entre abril del año pasado y febrero del actual, 182 se han dado dentro de nuestras fronteras.
Mateos recuerda que esta patología, aunque causada por un virus, puede acabar complicándose por infecciones bacterianas concomitantes, por lo que también puede demandar el uso de antibióticos.
Con todo, la presencia de enfermedades por el cambio climático ha afectado a toda Europa. Austria, Hungría y Eslovaquia están viviendo un brote de fiebre aftosa, "enfermedad endémica en África y desconocida en Europa hace 40 años".
La idiosincrasia española también afecta al uso de antibióticos por el tipo de animales que se crían. En el último informe del Plan Nacional de Resistencia a Antibióticos destacaba el consumo en conejos: 389,16 miligramos por kilo, frente a los 136,77 de los cerdos (la segunda especie más medicada) o los 19,32 de los pollos.
"Con los conejos tenemos un verdadero problema", reconoce el veterinario. "Solo hay producción en países mediterráneos, por lo que a los grandes laboratorios farmacéuticos [centroeuropeos o americanos] no les interesa y no hay indicaciones terapéuticas para conejos: no tenemos armas terapéuticas claras y concretas" y esto se ve reflejado en el alto uso de antibióticos.
Aquí también entran en juego temas legales. Concretamente, los ligados al Real Decreto 666/2023, famoso ahora porque ha restringido el uso de antibióticos en animales de compañía y que ya estaba implantado para las explotaciones ganaderas.
"Esta y otras normas están poniendo en tela de juicio el criterio veterinario", lamenta Mateos. Según el presidente de los veterinarios de Vizcaya, España e Italia son los únicos países que han extrapolado el reglamento europeo de forma que las recomendaciones que incluía las ha vuelto exigencias".
Por ejemplo, no permitir el uso de los medicamentos —no solo antibióticos— fuera de ficha técnica, en lugar de dejarlo a criterio del veterinario. "Tenemos el conocimiento, sabemos qué tratamiento es mejor en cada caso pero no podemos utilizarlo porque la ficha técnica no los incluye".
A pesar de este panorama, el veterinario se muestra optimista. La Unión Europea marcó como objetivo para 2030 una reducción en las ventas de antibióticos para animales de granja y acuicultura del 50% respecto a los niveles de 2018.
En la actualidad, el continente está a medio camino: de los 118,3 miligramos por unidad de población corregida registrados en aquel año, se ha pasado a los 88,5 miligramos en 2023. El informe de la EMA señalaba que, "dada la reducción sustancial de las ventas de antimicrobianos de uso veterinario en muchos países de la UE, hay probablemente un potencial de reducción en otros".
Mateos se muestra de acuerdo. "A pesar del cambio climático, el objetivo es alcanzable si nos mantenemos en el rigor y hacemos caso de los profesionales que trabajan en el campo de la producción animal", asegura.